Qué es la cinetosis y por qué se
origina
La cinetosis, que es el nombre técnico
del mareo cinético, es un trastorno ocasionado en nuestro sistema del
equilibrio, y se origina cuando no cuadra la información que recibe el sistema
nervioso central desde la vista, desde la parte vestibular del oído medio y
desde la sensibilidad posicional que recoge el sistema osteomuscular.
Pongamos
que vamos en coche dando curvas a diestro y siniestro. La sensación de
movimiento que recibe el cerebro a partir de la vista no se corresponde con la
sensación de aceleración que proviene del oído ni con la sensación de posición
del cuerpo que proviene de nuestros huesos y músculos, que están razonablemente
quietos.
Todo esto produce en algunas personas
una pérdida de orientación y equilibrio acompañada de sudores fríos, palidez,
bostezos, salivación, náuseas y vómitos. Algunos de estos síntomas, como las náuseas,
el vómito o la salivación previa, se deben a que el centro nervioso que provoca
súbitamente el vómito está situado en el tronco cerebral, muy cerca del órgano
del equilibrio. Otros síntomas, como los bostezos, se deben a la necesidad del
cuerpo de oxigenarse. De todas formas, todos estos son síntomas acompañantes, y
no son mareo en sí mismos.
Hay personas más predispuestas que
otras al mareo cinético,
que es poco frecuente en niños menores de dos años, ya que su sistema nervioso
central todavía es inmaduro, mientras que la sensibilidad al mareo suele
disminuir a partir de los 12 años. De todas formas, hay personas que más allá
de esta edad siguen mareándose de por vida.
También es un clásico que las
embarazadas se mareen con mayor facilidad, ya que durante la gestación existe una
mayor sensibilidad en los centros nerviosos, además de los cambios en la
distribución del flujo sanguíneo corporal que se producen para alimentar al
feto.
Por
otra parte, es cierto que hay factores emocionales, como el miedo o la
ansiedad, que pueden ayudar a la mecánica de la cinetosis. De hecho, incluso
puede ocurrir que si una persona sabe que es propensa al mareo se maree con
mayor facilidad por sufrir ansiedad cinetósica anticipatoria, provocando un
peligroso círculo vicioso.
¿Qué debe hacer el que se marea para no
marearse?
Si
somos conscientes de que el mareo se produce por una descoordinación entre las
informaciones que dan la vista, el oído y el sistema osteomuscular, lo mejor
será trabajar para que esa información no sea tan incoherente.
Como
consejo tipo, la persona que se suele marear debería ocupar los asientos
delanteros y mirar hacia el horizonte por el parabrisas, por la parte anterior
del coche, y si puede ser manteniendo la mirada algo elevada, ya que de esta
manera desaparecerá la sensación visual de velocidad. Por contra, resulta muy
poco recomendable que la persona que se marea fije la atención en un libro o en
una pantalla de vídeojuegos o de DVD, ya que se ampliará la descoordinación
entre las diferentes informaciones que recibe el cerebro.
Además, en muchas ocasiones se puede
recurrir a medicaciones previas al viaje, siempre que no estén contraindicadas
y jamás en mujeres embarazadas. Como curiosidad y siguiendo lo descrito antes, algunos
de los fármacos empleados para prevenir el mareo y el vértigo (que no deja de
ser otro tipo de mareo) actúan por sedación, amortiguando el sistema de
equilibrio del oído.
Cómo prevenir el mareo con nuestra
conducción
Sí, porque más que “evitar” el mareo en
el coche vamos a prevenirlo. Y es que los síntomas del mareo aparecen de forma
gradual pero se desencadenan de forma rápida, así que una vez que el ocupante
del coche comienza a marearse ya vamos tarde, e incluso en algunos casos
resulta casi imposible que la persona que se marea interrumpa el proceso. Por eso como conductores vamos a
hacer lo posible por prevenir el mareo.
Así,
nuestra conducción debe ser suave, es decir, con aceleraciones y deceleraciones
muy tranquilas y, sobre todo, intentando que el paso de la aceleración a la
deceleración y viceversa sea imperceptible. Para lograrlo, hemos de meternos en la cabeza que los
pedales del acelerador y del freno no son un interruptor con sólo dos
posiciones (on-off), sino que al dejarlos ir debemos hacerlo con cariño,
de manera parecida a cuando embragamos suavemente con el pie izquierdo para que
el coche no dé tirones.
De
forma análoga, el volante también debe manejarse con agilidad pero con
suavidad. Si le damos tirones, nuestros pasajeros notarán unos movimientos que
no se corresponderán con el resto de la información que reciban en el cerebro…
y se marearán.
Además,
intentaremos que el habitáculo del vehículo esté limpio, fresco y aireado.
Aunque no se ha podido establecer científicamente el papel del “aire fresco” en
la mecánica de la cinetosis, lo
cierto es que un coche sucio y con el aire enrarecido da propensión al mareo,
así que lo más probable es que intervengan factores psiconeurológicos que no
tienen relación directa con la cinetosis, pero que funcionan a la hora de
evitar el mareo… o de facilitar que se produzca. Así, puede ser necesario hacer alguna parada de más en el
camino para que la persona que se maree se refresque y para que se mueva
físicamente, lo que pondrá en paz al sistema osteomuscular con el aparato
vestibular.
Por
otra parte, si sabemos que
una persona se marea, lo peor que podemos hacer es ponerla en situación.
Si vamos a llegar a una zona de curvas y le lanzamos una serie de avisos como:
“¿Vas bien? ¿Seguro? ¿Seguro que no te mareas ni nada? ¿Quieres que suba el
aire o algo?”, lo más probable es que estemos apelando a su propia sugestión y
todo acabe en un mareo de lo más absurdo.
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