Un antiguo relato sufi habla de un
sabio derviche que había convertido la rama seca de un árbol en un arco de oro.
Un
Maestro se lo contó a sus discípulos y añadió: Sí, es muy asombroso transmutar algo.
Asombra convertir piedras o vegetales ya sin vida en
metales preciosos, pero hay algo de mucha más categoría:
Convertir el alma y la mente de los
vivos en oro de amor,
compasión, buena conciencia y buen corazón.
Esa es la verdadera alquimia que se
realiza en tu interior cuando cambias odio por amor y engaño por verdad.
Es en
el interior donde hay que trabajar
con paciencia aceptando que los demás nos pulen con sus fallas.
Así
como en la alquimia el
metal pasa por el fuego, del mismo modo los demás nos tallan y solo así se
avanza.
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