El
gran líder Martin Luther King era un creyente convencido y su ejemplo debe
servirnos a todos.
En su lucha contra la discriminación racial afrontó
muchas persecuciones y diversos ataques.
Asimilemos sus sabias enseñanzas:
"Vi que tenía dos
maneras de reaccionar ante los ataques:
Responder
con resentimiento o transformar el sufrimiento en una fuerza constructiva.
Dios ha sido profundamente real para mí
en medio de los peligros externos y he sentido su poder.
En los días desolados he escuchado una voz interior
que me decía: "Estoy contigo".
En medio de la impotencia he sentido
como Dios transformaba mi
desesperación en una gozosa esperanza".
Luther King creía en sí mismo y en Dios.
Un día dijo: "Tras las pruebas duras del mundo, hay un poder
benigno".
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