Dicen
que en Cholula. México, hay 365 iglesias, es decir, una por cada día del año.
Un hecho curioso.
Me invita a estar contigo, Dios mío, los 365 días del año
y no solo cuando me trituran las penas. El mejor templo es mi propio corazón.
Tú,
Dios mío, moras en mi alma, haga lo que haga. “Estoy
contigo” es la frase que siempre han escuchado los seres puros y los
místicos.
¿Soy
bien consciente de tu presencia en mi vida? De esa consciencia depende la paz
de mi alma.
Recuerdo lo que decía San Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti y
nuestro corazón anda inquieto hasta que descansa en ti”.
Es
una hermosa frase que conviene unir a una de las más bellas promesas tuyas
amado Jesucristo:
“Venid
a mí todos los que estáis cansados y fatigados y yo os aliviaré. En mí hay reposo para vuestras almas”. Gracias mi Señor.
Hoy decido tenerte bien presente, Dios del amor. Hoy te doy gracias y me comprometo a no buscarte solo en las crisis.
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