¿Decisión,
actitud u obligación? Quizás las tres.
Vinimos
a esta tierra por tres razones: aprender a amar, intentar dejar una huella, y a
ser felices, que no es un derecho, sino una obligación.
La
felicidad nada tiene que ver con la alegría, pues “no se puede estar
contento todo el tiempo”, sino más bien con una actitud para enfrentar lo que nos pasa cada día y
una decisión, no se busca ni se encuentra.
La
felicidad se construye con tiempo, paciencia y constancia.
Consejos para que la felicidad no sea pasajera:
1
Hacer el bien.
Hacer un favor, prestar un servicio es la mejor manera de
comenzar. No es teoría, ser solidario hace que sucedan cosas buenas, hace que
veamos otras realidades, siempre recibimos algo de vuelta.
2
Vivir el momento y disfrutar las pequeñas cosas.
No hay que estar buscando cosas extraordinarias para ser
felices. El día está lleno de pequeños momentos que la vida regala: una
sonrisa, un postre, una persona agradable. No hay que hacer una lista de lo que
me hace feliz y las cosas que debo hacer para ello. Hay que vivir el momento y
disfrutarlo.
3
Dar las gracias.
Ser
agradecido con Dios es quizás lo más importante. Ser amables con los
demás, reconocer lo bueno que hacen y apoyarnos en ellos reduce el estrés y el
maltrato cotidiano que vivimos en la calle, al volante, en una fila de banco.
4
Encuentra una pasión.
¿Hay algo que te gusta hacer? No importa lo que sea,
tejer, correr, pintar… la idea es alimentar una pasión, en vez de estar
pensando en solucionar todos los problemas, enfócate en esto que te genera
tranquilidad, las respuestas que estás buscando, llegarán poco a poco.
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