En una relación de pareja nos aferramos a ciertas
creencias erróneas y emociones que, en caso de infelicidad, nos impiden en
muchas veces ser objetivos y ver la realidad. Recuerda siempre que el ciego no es
el amor, sino las falsas ilusiones que nosotros mismos construimos.
El arte suele
representar al amor con una venda en los ojos y unas alas en la espalda: la
venda nos sirve para no ver los obstáculos, pero afortunadamente nos dan dos alas para poder sortearlos.
Las ideas que
nos impiden poner punto final a una relación, son en realidad muchas comas y
algún punto y aparte que lejos de salvar la relación, alargan un sufrimiento
innecesario que vulnera nuestra autoestima.
Por ello, es importante que tengamos en cuenta
estos conceptos:
Evita el autoengaño, las cosas no siempre van a ser como nosotros deseamos. Piensa en ello:
es posible que hayas perdonado más de lo necesario hasta olvidar dónde estaban
tus límites o que el“lo intentamos de nuevo”, suene ya demasiadas veces sin que
veas nada diferente…
La otra persona no va a cambiar por ti. En realidad, las personas no cambian, es
muy posible que no fueran como tu pensabas en un principio, y eso, es algo que
debes tener muy encuenta. Nadie cambia su forma de ser de la noche a la mañana
por mucho que lo esperemos.
Sufrir por amor no es un acto heroico o romántico,
es una forma de autodestruirnos.
Si te hicieron creer que tener pareja es tener que sufrir y establecer una
lucha continua, te engañaron. Ser pareja es saber construir y amar sin que el
sufrimiento sea algo más que circunstancial.
No tengas miedo a la soledad. Según un estudio llevado a cabo la
Universidad Brigham Young de Utah (Estados Unidos), uno de los principales
temores de la población es “estar solos”. Para muchos el estar mal acompañados
es preferible a la soledad. No caigas nunca en esta idea.
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