-Y
él respondió, diciendo: Nacisteis juntos y juntos para siempre. Estaréis juntos
cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejad que haya
espacios en vuestra cercanía. Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos
el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de
vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una
sola copa. Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo. Cantad y bailad
juntos y estad alegres, pero
que cada uno de vosotros sea independiente. Las cuerdas de un laúd están
solas, aunque tiemblen con la misma música. Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro
compañero lo tenga.
Porque
sólo la mano de la vida puede contener los corazones.
Y
estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte.
Y, ni
el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.
(Fragmento de El Profeta, Kahlil Gibran).
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