¿Revisas
tu smartphone cada cinco minutos?
¿Has
sentido vibraciones fantasmas?
¿Te
llevas tu celular a la mesa e incluso hasta al baño?
Si
es así, seguramente perteneces a las millones de personas que padecen
"nomofobia".
El término surgió como abreviatura de "no-mobile-phone-phobia"durante
un estudio realizado por la empresa inglesa de investigación demoscópica You
Gov, para señalar la
ansiedad y angustia que produce el estar sin celular.
Si bien la denominación "fobia" podría ser
incorrecta, un estudio reveló que, efectivamente, el uso constante de estos aparatos aumenta los niveles de
estrés, lo que a su vez incrementa los comportamientos compulsivos como
el buscar incesantemente nuevas alertas, mensajes y actualizaciones.
Durante el experimento, se les aplicó un cuestionario y una prueba psicosomática de
estrés a 100 participantes, entre ellos estudiantes universitarios y
empleados de diversas categorías y ocupaciones. Se confirmó la existencia de un círculo vicioso;
si bien las personas adquirían el smartphone para manejar su carga de trabajo,
una vez que el aparato extendía virtualmente su vida social, la angustia y el
estrés se disparaban.
La
inhabilidad de apagar el celular, el tenerlo siempre a la mano, el asegurarse de
que nunca se acabe la pila y el miedo a perder la señal son las algunos
síntomas de quienes sufren altos niveles de estrés.
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