Desde que en 1993 la División de Salud Mental de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Iniciativa Internacional para la Educación en
Habilidades para la Vida en las Escuelas (Life Skills Education in
Schools), el modelo ha ido evolucionando y adaptándose a nuevas áreas de
aplicación.
Como
se puede ver, estas diez habilidades psicosociales no son algo nuevo. En
cierta forma son tan antiguas como la propia humanidad, porque todas tienen que
ver con la manera en que manejamos las relaciones con nosotros mismos, con las
demás personas y con el entorno social:
1.
Autoconocimiento: Conocer mejor nuestro ser, carácter, fortalezas,
oportunidades, actitudes, valores, gustos y disgustos. Conocerse a sí mismo
también significa construir sentidos acerca de nosotros mismos, de las demás
personas y del mundo en que vivimos.
2.
Empatía: “Ponerse en la piel” de la otra persona para comprenderla mejor
y responder de forma solidaria, de acuerdo con las circunstancias.
3.
Comunicación asertiva: Expresar con claridad, y en forma apropiada al
contexto y la cultura, lo que se siente, piensa o necesita.
4.
Relaciones interpersonales: Establecer y conservar relaciones
interpersonales significativas, así como ser capaz de terminar aquellas que
impiden el crecimiento personal.
5.
Toma de decisiones: Evaluar distintas alternativas, teniendo en cuenta
necesidades, criterios y las consecuencias de las decisiones, no sólo en la
vida propia sino también en la ajena.
6.
Solución de problemas y conflictos: Manejar los problemas y conflictos
de la vida diaria de forma flexible y creativa, identificando en ellos
oportunidades de cambio y crecimiento personal y social.
7.
Pensamiento creativo: Usar la razón y la “pasión” (emociones,
sentimientos, intuición, fantasías e instintos, entre otros) para ver las cosas
desde perspectivas diferentes, que permitan inventar, crear y emprender con
originalidad.
8.
Pensamiento crítico: Analizar con objetividad experiencias e información
y ser capaz de llegar a conclusiones propias sobre la realidad. La persona
crítica se pregunta, investiga y no acepta las cosas en forma crédula.
9.
Manejo de emociones y sentimientos: Propone aprender a navegar en el
mundo de las emociones y sentimientos, logrando mayor “sintonía” con el propio
mundo afectivo y el de las demás personas. Esto enriquece la vida personal y
las relaciones interpersonales.
10.
Manejo de tensiones y estrés: Identificar oportunamente las fuentes de
tensión y estrés en la vida cotidiana, saber reconocer sus distintas
manifestaciones y encontrar maneras para eliminarlas o contrarrestarlas de
manera saludable.
Todas
las personas, de todas las edades, las usamos a diario. Entonces, ¿en qué consiste lo novedoso? Sobre todo, en
que cada vez se reconoce más la importancia de incluirlas como parte de
diversos programas preventivos en los
más variados entornos.
Aunque hay otras formas de clasificar las Habilidades
para la Vida, la propuesta de la OMS ha logrado un reconocimiento amplio por su
flexibidad y aplicabilidad universal.
NOTA: PERO NO OLVIDE TAMBIEN APRENDER A CONDUCIR, A NADAR, A HABLAR OTRO
IDIOMA, A COMER DE TODO, A BAILAR, A ESCRIBIR BIEN, A HABLAR EN PUBLICO, A
RESAR, A LIDERAR UN GRUPO Y A AYUDAR AL PROJIMO
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