"La ira es un ácido que
puede dañar más al recipiente que la contiene que cualquier cosa sobre la que
se vierta."
La ira es uno de los males más grandes que tenemos, por
culpa de ella la gente comete infracciones muy graves sin saber que el mayor daño no está en lo que
la gente nos hace sino en cómo reaccionamos ante lo que nos hacen.
Nadie puede herirnos sin nuestro consentimiento y la respuesta que elegimos
constituye la clave determinante de nuestra vida, así vemos que somos un
producto de nuestras decisiones, no de nuestras circunstancias.
Como todos cometemos errores, todos necesitamos perdonar y ser perdonados.
Es mejor centrarse
en nuestros propios errores y pedir perdón que centrarse en los errores de los demás, esperar
a que pidan perdón ellos primero o concedérselo a regañadientes cuando lo
hacen.
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