El
síndrome de “la hoja en blanco” no es un mal que afecta sólo a los escritores,
si no a cualquier profesional que desempeña una labor creativa, ya sea un
diseñador, ilustrador, artesano, periodista o se dedique a las finanzas (por
que sí, en las finanzas también es necesaria la creatividad).
El verdadero problema es que los plazos de entrega, los
famosos “deadlines” son los que marcan el ritmo de nuestro negocio. A nuestros clientes no les
importa si estamos atravesando un momento de “bloqueo creativo” y no son
pocas las ocasiones en las que nos vemos obligados a tirar de viejas fórmulas
manidas o a rebajar la calidad de nuestro trabajo con tal de cumplir nuestros
compromisos profesionales.
Y claro, nuestro cliente busca un producto o un servicio único, irrepetible y de
la máxima calidad, por lo que podemos poner en peligro nuestras relaciones
comerciales y de negocio.
Por
ello, hemos recopilado una serie de consejos que te ayudarán a superar
los pequeños baches creativos que pueden surgir en tu día a día, ayudándote
además a aumentar tu productividad y la calidad de tu trabajo.
1.
Un descanso a tiempo es tu arma más valiosa
En momentos de “bloqueo”, y cuando los plazos apremian,
solemos perder ingentes cantidades de tiempo “vacío”, improductivo, delante de
la tarea que debemos llevar a cabo. Si bien es cierto que marcar una rutina y
una horas de trabajo son vitales para organizar nuestra jornada, de nada sirve
perder valiosos minutos intentando realizar una labor para la que nuestro
cerebro no se siente “preparado”.
Por ello, es recomendable aprender a localizar estos
periodos de tiempo en los que, bien por saturación, bien por falta de
motivación, no estamos en un estado óptimo para “crear” y darnos un respiro.
Verás como pasados unos minutos, o incluso unas horas, en un estado mucho más
descansado, las ideas comienzan a fluir de forma mucho más natural.
2.
Aprende a pensar “outside the box”
Las ideas revolucionarias, las soluciones a los problemas
más complicados, muchas
veces surgen dándole la vuelta a todos los convencionalismos. Muchas
veces nos obsesionamos con que las cosas han de ser de una determinada forma,
de la manera predeterminada por cánones o estándares.
Pero recuerda que, si estamos en medio de un proceso
creativo, cuestionarse lo
establecido y buscar alternativas (por descabelladas que parezcan) puede
generar resultados mucho más fructíferos. Pierde el miedo y déjate guiar
por tu instinto, porque siempre estás a tiempo de rectificar.
3.
Para estimular la creatividad, busca inspiración en los lugares más
insospechados
Está claro que, cuando buscamos hacer algo diferente, no
podemos recurrir a lo de siempre. La inspiración aparece siempre en los lugares
más insospechados. Por ello, es importante que te rodees que elementos y
actividades inspiradoras y que te motiven.
No son pocas las ocasiones en las que leyendo o navegando
de manera ociosa o en temas de interés particular damos con ideas que pueden
aplicarse a nuestro trabajo. Sé curioso, interésate por diferentes temáticas,
materias y disciplinas. De todas hay algo que aprender y de todas podemos
extraer valiosas lecciones e ideas para nuestro desarrollo profesional.
4.
Hay vida ahí afuera
Pero no sólo de Internet vive el hombre. Ni de lecturas
ni del estudio. Es
necesario salir ahí afuera, a eso que llaman “mundo físico”, un lugar
cada vez más extraño en una sociedad cada vez más tecnológica, y vivir
“experiencias” que te ayuden a comprender mejor tu trabajo y las necesidades de
tus clientes.
Relaciónate
con diferentes personas, escucha, observa, ponte en su lugar, experimenta
nuevas sensaciones a través del deporte, del arte, del turismo. Conoce
in-situ lo que acontece en el mundo y guarda tanto la información más objetiva
como las sensaciones y los estados de ánimo que estas experiencias te
proporcionan. Cuanta mayor capacidad tengamos para enriquecer nuestra vida
personal y nuestras inquietudes, mayor capacidad tendremos para plasmarlo de
forma creativa en nuestra labor profesional. Porque aquí, más que nunca, “la
experiencia es un grado”.
Puede
que después de seguir éstos consejos no encuentres la fórmula de la felicidad,
pero seguro que cuentas
con muchos más recursos a la hora de enfrentarte a un momento de bloqueo
creativo, un mal que sufren muchos más emprendedores y profesionales de
lo que, a priori, puedas imaginar.
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