La
función biológica del dolor consiste en indicar que una alteración nociva que
nos puede dañar tiene lugar en el organismo. Sin embargo, a veces también
sentimos dolor en ausencia de estímulos nocivos. En el Día Mundial del Dolor,
te contamos algunos de los descubrimientos más recientes sobre el dolor y su
percepción.
Existen
dos grupos de músculos claves para la expresión del dolor en el rostro:
alrededor del músculo orbicularis oculi, que nos hace entrecerrar los ojos, y
el músculo depresor anguli oris, que provoca que la boca se contraiga.
Envejece.
El dolor constante también es capaz de acelerar los signos de envejecimiento.
Las personas jóvenes pueden parecer hasta dos o tres décadas más viejas
(arrugas, canas, falta de movilidad…) si han experimentado dolor durante mucho
tiempo, según se desprendía de un estudio con más de 18.000 participantes
publicado en la revista Journal of the American Geriatric Society.
Menos
memoria. El dolor crónico afecta negativamente a la memoria y a la
capacidad de concentración, según confirmaba recientemente un estudio de la
Universidad de Alberta (EE UU).
Endorfinas.
Los soldados heridos, ante el estrés de una batalla, liberan encefalinas, un
tipo de endorfinas que actúan como analgésicos hasta que finaliza el combate.
Chocolate
caliente. Según estudio de la Universidad de Chicago (EE UU) publicado
en la revista Journal of Neuroscience, cincuenta gramos de chocolate negro o una taza de
chocolate caliente pueden hacer que un dolor desaparezca.
Tic
doloroso. Existe una afección llamada neuralgia del trigémino o tic
doloroso que afecta al quinto nervio craneal, uno de los más largos de la
cabeza. Causa ardor extremo, esporádico y súbito o dolor facial de tipo de
shock que dura desde unos segundos hasta 2 minutos por episodio.
Canciones.
Escuchar música reduce el
dolor, especialmente en individuos que sufren ansiedad.
Obesidad
dolorosa. Existe una relación directa entre la obesidad y el dolor, tal
y como revelaba un estudio publicado a principios de año en la revista Obesity.
Concretamente, las personas con sobrepeso acusan un 20% más de episodios de
dolor, que crece hasta un 68% en sujetos con obesidad tipo I y hasta un 136% en
individuos con obesidad tipo II.
De “bajón”. Usando técnicas de neuroimagen,
investigadores de la Universidad de Oxford han demostrado que las personas deprimidas perciben el
dolor con más intensidad que las personas sanas debido a que su cerebro
procesa las sensaciones dolorosas con una mayor carga emocional.
Fumar
duele. Los fumadores sufren
más dolor crónico de espalda que los no fumadores, y las mujeres padecen
con más frecuencia dolor de cuello que los hombres, según revelan diferentes
estudios.
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