El
uso constante de los pulgares por utilizar el celular ha dado origen a
enfermedades específicas.
Según un estudio de la Unidad de Investigaciones de
Cultura Cibernética de la Universidad de Warwick (Inglaterra), las manos de los jóvenes han
cambiado por la temprana y repetida actividad del dedo pulgar en el uso de
celulares, controles de videojuegos y demás 'gadgets' de la tecnología
moderna. “Esto les ha proporcionado habilidades concretas y una flexibilidad
que es reflejo de un desarrollo de áreas cerebrales específicas”.
Hoy
se habla de la generación del pulgar. Ellos nacieron, crecieron y se adaptaron
a esa necesidad, al punto en que pueden pasar horas en actividades que implican
tecleo y movilización de sus dedos, manos, brazos y cuerpo sin complicaciones.
Tendrán modificaciones anatómicas en sus manos, que empiezan por un aumento de
la masa muscular y la longitud de sus pulgares.
Los resultados son alteraciones posturales, dolores, lesiones y compromisos
mentales, que cada vez son más frecuentes. Algunas se agrupan en
patologías que podrían llamarse “los males del chateo”.
¿Qué
es la ‘whatsappitis’?
La tenosinovitis abarca varios males producto del uso
repetitivo de la mano y los pulgares, durante el chateo, por ejemplo. De eso se
trata la ‘whatsappitis’. Ellos son:
Tendinitis:
inflamación de los tendones que doblan y extienden el pulgar, producida por el
movimiento frecuente sin punto de apoyo. Causa un dolor agudo e intenso a lo
largo de los dedos, que crece con el movimiento y la presión. Puede llegar a
ser incapacitante.
Tenosinovitis:
es el roce traumático del tendón con su envoltura por la disminución del
líquido que lubrica su desplazamiento. Esto inflama, aumenta la temperatura
local y produce un dolor intenso en los pulgares.
Se presenta después de la tendinitis y tiene un curso
crónico. La enfermedad de De Quervain es la más conocida de este tipo y también
produce una alto grado de incapacidad.
Síndrome
del túnel del carpo: dolor intenso y pérdida de sensibilidad y fuerza en
los dedos pulgar, índice y medio por el atrapamiento del nervio mediano a nivel
de la muñeca. Esto se presenta por el movimiento repetitivo de la muñeca. Puede
comprometer la funcionalidad de la mitad de la mano.
Artrosis
del pulgar: es la degeneración de la articulación que forman los huesos
trapecio y metacarpiano del pulgar. Es producida por la inflamación crónica
debido al movimiento repetido de los dedos al manejar equipos electrónicos. Se
caracteriza por dolor, limitación y deformidad de los pulgares. Puede dejar
incapacidad permanente.
Mioespasmo
cervical y escapulario: es un dolor en el cuello y en la parte alta de
los brazos por la tensión que produce la flexión de la cabeza, la inmovilidad
de los hombros y la flexión de los codos por tiempo prolongado. El síntoma
puede provocar alteraciones en la postura, que terminan afectando a todo el
organismo.
Síndrome
de la vibración fantasma: es la percepción de que la vibración del
teléfono móvil se experimenta en cualquier parte del cuerpo sin que se active o
incluso cuando no se tiene. Ocurre porque los receptores de la piel se
hipersensibilizan por el estímulo frecuente de la vibración del teléfono.
Nomofobia:
miedo exagerado e irracional a estar sin teléfono. Se caracteriza por
nerviosismo creciente, angustia y sensación de soledad y de estar
‘ilocalizable’, cuando no se tiene consigo el celular.
¿Cómo
prevenir?
Procure
no revisar el celular sin justificación;
Limítese
a hacerlo cuando conteste o haga llamadas.
Retire
las señales que indican llegada de mensajes de texto y de correo y fije tiempos
para revisarlos y contestarlos.
No lo use en comidas, cine, fines de semana, dormitorio,
mientras hace ejercicio y durante las visitas y las vacaciones. Propóngaselo y
trate de cumplirlo.
Si chatea mucho, haga pausas de cinco minutos cada hora para hacer
estiramientos y adecuación muscular en dedos, muñecas, hombros y cuello.
Movilizaciones amplias de estas estructuras son indispensables.
Aleje
el celular del cuerpo. Déjelo en el escritorio, la mesa o el maletín.
Utilice manos libres y cambie de oreja durante una conversación. Al final del día, de nuevo
dedique 20 minutos a activar, estirar y fortalecer las estructuras ya
mencionadas.
En
algunos casos hay que correr al médico. Las tendinitis, la
tenosinovitis, la artrosis y los espasmos musculares siempre requieren de
intervención médica. Esta comprende el manejo de analgésicos, fisioterapia,
férulas, inmovilizaciones y periodos de incapacidad.
Vale anotar que en estos casos es necesario suspender el
chateo que implique el uso repetido de la mano por tiempos variables y
modificar ciertos hábitos para evitar la cronificación de los síntomas o la
incapacidad para usarlos luego.
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