Las
dietas pobres en proteínas y la deficiencia de hierro y zinc pueden contribuir
a la caída del cabello.
En el periodo posparto, alrededor del tercer
mes, se puede presentar caída del cabello lo cual puede durar más o menos seis
meses y se conoce como ‘efluvium telógeno’ y se debe a una deficiencia de algunas sustancias
importantes, como el hierro, y un inadecuado consumo de proteínas
durante el embarazo.
En
general se aconseja el uso de productos suaves, que no contengan demasiados
productos químicos. El champú para bebés es una buena opción.
En
general, es preferible no tinturarse; algunos productos
químicos podrían absorberse por la vía transepidérmica y podrían ser tóxicos
para el adecuado desarrollo del bebé, especialmente en los primeros meses de
embarazo.
Lavarse
el cabello y usar el secador
frecuentemente puede producir daño y hacer que se debilite
y se fracture más fácilmente. Además, jalarlo con el cepillo durante el peinado con el
secador hace que se pierda más cabello.
Hay mujeres que, debido a los cambios hormonales, producen un aumento de
la circulación capilar, incluso se puede observar mayor crecimiento del
pelo y mayor luminosidad del mismo. Otras pueden notar que se les engrasa más
fácilmente o que, por el contrario, lo sienten menos grasoso que de costumbre.
Se
debe adoptar una alimentación balanceada, rica en proteínas, frutas y verduras;
consumir los suplementos vitamínicos recomendados por el obstetra y evitar
aplicarse sustancias químicas. Utilizar champú suave de bebé.
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