Vas por
el sendero de la luz si vives conectado con Dios, vibras en amor y actúas de
esta manera:
- Huyes del juicio, te pones en el lugar de los demás, entiendes sus
razones y eres comprensivo y compasivo.
- Te amas, te aceptas como eres y centras tu mente en el ahora,
sin culparte por el ayer ni temer al mañana.
- Te sientes uno con Dios, con los demás y con
todo el universo.
Tienes una mente y un corazón sin barreras.
- Desoyes los dictados de un Ego soberbio y brillas en humildad y en capacidad de servicio.
- Sabes
que estás de paso, no te deslumbra lo material y
posees sin ser poseído, con sereno desapego.
- En tus relaciones no pretendes encontrar la perfección y eres amoroso,
tolerante y generoso.
- No
sufres porque te aceptas y aceptas la realidad así como es.
Tienes una mente y un corazón sin barreras.
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