Una
parte de la empatía que muestra la persona amorosa brota de su interés genuino
por servir los demás.
Siempre
que puedas ofrece una ayuda desinteresada simplemente para
ver cómo el prójimo se empieza a sentir mejor.
Contagia
energía positiva y expresa tu alegría incluso ante
desconocidos, a los que tratas de manera cómplice.
Saber
vivir es saber soñar y echar raíces, es afrontar con sabiduría y coraje los
dilemas sin darte por derrotado.
Jesús
despejó el camino del amor al tratar con suma bondad a los
extraños y los excluidos de su tiempo.
Se
acercó a los samaritanos, tuvo trato con los romanos, los
cananeos y los publicanos. Todos
ellos eran juzgados en ese entonces.
El
Maestro valoró a las mujeres y a los niños que en su época
tampoco eran tenidos en cuenta.
Aprende
de él y con amor e inteligencia emocional derriba muros que separan y
construye puentes que unen.
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