Hay
vida en la muerte. Pensar, leer y meditar sobre ese paso ayuda a aceptarlo y
que la sacudida sea menos fuerte. No hay muertos.
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Vive en paz y en paz partirás, aunque te maten. Vive libre de apegos, odios y
miedos, y podrás irte sereno y sin temor.
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La muerte es sólo un paso entre vidas y nadie está muerto.
Hay vida en eso que
llamamos el más allá.
- El más allá es más acá en un estado sutil, en una vibración más densa,
en un espacio de luz.
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Los difuntos mal llamados “muertos” se comunican con nosotros, en especial recién partidos. Lo hacen más con los niños.
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El medio más común es en sueños, a través de un aroma, una canción o su energía
de amor.
- Es bueno que los niños vayan al funeral y el
entierro para tener
evidencias físicas de la muerte. Así no sufren fantaseando.
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Al morir nadie te juzga, tú mismo te evalúas y sigues en el lento proceso de
evolucionar espiritualmente. Lee más el libro Muerte un
paso a la vida.
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