“Se
dañó el día” exclama alguien cuando empieza a llover. “Qué día tan feo” dice
una señora a su amiga, porque está nublado.
“Y
los trancones están horribles” agrega ella al tiempo que
decreta: “Cada día todo es
más complicado”.
La lista de quejas y enfoques negativos que se
escuchan a diario pueden llenar extensos libros de lamentos.
El
pensamiento y el lenguaje negativos ejercen un influjo funesto, pero ¿cuántos se percatan de eso?
La
lluvia no daña un día, las nubes no lo afean, un trancón
no es horrible y es falso que todo sea cada día más complicado.
Horrible
es la muerte de un hijo, quedar ciego o perderlo todo y,
aun ante eso, hay quienes no usan esa “horrible expresión”.
Ojo: Si te amas y quieres atraer a tu vida lo positivo,
dedícate a mejorar tu manera de pensar y de hablar. Crea ese buen hábito.
Debes ser bien consciente del tremendo poder del pensamiento
y de las palabras
porque atraes lo que piensas y lo que dices.
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