A
mis 32 años, durante 9 meses esperé con mucha alegría la llegada de mi bebé.
Día a día le platicaba, acariciaba mi vientre para que sintiera calor y
escuchara mi voz. Leí cuanto pude en libros y revistas para tener los mejores
cuidados como madre primeriza.
Recuerdo con mucha ilusión cómo bordé su primera ropita
para arroparlo con ternura y cariño. Hoy, todos esos recuerdos se han quedado en mi mente y en el pasado.
Todo cambio.
Lloro
sin razón alguna, no duermo en las noches y me invade un miedo y ansiedad
terribles de no cuidarlo bien. En algunos momentos llegan a mi mente
ideas de hacerme daño. Me siento culpable por pensar y sentir esto. Me encuentro completamente
aislada. Estoy al borde de la desesperación y a punto de perder mi relación con
mi marido e hijo. No sé que tengo, me desconozco por completo”.
Este es un ejemplo de cómo la Depresión Posparto (DPP) afecta a 15% de las madres,
una de cada diez mujeres vive una situación similar. Ésta empieza, por lo general, 3 semanas
después del parto, pero algunas veces puede no presentarse sino hasta 6 meses
después de dar a luz. Puede durar meses, incluso años si no es tratada a
tiempo.
La
maternidad es el momento de autorrealización y plenitud en la mujer. Un evento
de profundo significado emocional y psicológico, y para algunas, una de las
vivencias más importantes en sus vidas. Debido a estas connotaciones
positivas resulta difícil comprender y aceptar que existe la depresión
posparto.
Es muy común que durante las primeras semanas después del
parto, 50% de las mujeres padezcan de alteraciones emocionales. Se sienten
tristes, llorosas por un par de días, viviendo así una “Tristeza Posparto” o el
famoso Baby Blues.
Atraviesan
por nuevas metas y responsabilidades que aprender, un nuevo rol social, un
reajuste de la impresión de su cuerpo, cambios hormonales, incomodidad,
cansancio físico y emocional, dificultad con la lactancia o decepción por el
sexo del bebé.
Si
estos sentimientos de depresión o ansiedad continúan por más de tres semanas,
puede haber una condición más seria conocida como Depresión Postparto
(DPP)
¿Cómo
se manifiesta la DPP?
Pensamientos de muerte o suicidio
Ansiedad extrema o pánico
Confusión o incapacidad para concentrarse
Miedo de estar a solas con el bebé
Sentimientos de enojo, tristeza y
frustración
Imposibilidad de dormir incluso cuando el
bebé está dormido
Descuido personal
Falta de interés por el bebé
Deseos de no levantarse de la cama
Aislamiento social
Como consecuencia de esto, los niños de estas madres
pueden dejar de enviar señales emocionales y tratar de tranquilizarse por medio
de la succión o el balanceo.
Si esta reacción defensiva se vuelve habitual, los bebés
aprenden que no tienen el poder para provocar respuestas en otras personas, que
sus madres y el mundo son poco confiables.
Causas
Investigaciones recientes explican que se debe a una mezcla
de factores biológicos, genéticos, sociales y emocionales. Algunos ejemplos de
estos son:
Si
la madre ha padecido ansiedad o tristeza durante el embarazo.
Falta
de apoyo de personas cercanas.
Familiares
con antecedentes de depresión.
Un
evento estresante durante el embarazo: muerte de un ser querido, pérdida
económica, amenaza de aborto.
No
desear el embarazo.
Problemas
de glándula tiroidea.
Antecedentes
de problemas alimenticios.
Como vez la DPP es una situación muy difícil que puede
llegar a afectar tu integridad física y emocional al igual que relación con tu
pareja e hijos. No es una actitud, no se puede simplemente salir de ella. ¡No
estás sola, no tienes nada de que avergonzarte!
También se puede tratar de alguien cercano a ti con este
padecimiento por lo que es importante tomar los siguientes consejos de
tratamiento:
Busca ayuda psicológica en
combinación con un tratamiento farmacológico (antidepresivo y ansiolítico).
Existen diversos medicamentos para las madres lactantes. Es importante estar
bajo supervisión médica- psiquiátrica.
Terapia emocional para aprender a manejar tu estado de
ánimo y vincularte con tú bebé.
Acércate
a terapias de grupos para encontrar empatía y comprensión ante tu situación y aprender a vivir sin sentimientos
de culpa.
Habla
con tu pareja, familiares y amigas para pedir comprensión y apoyo con tú bebé.
Sin tratamiento, la depresión posparto puede durar meses o años y tener mayores
complicaciones.
Mereces disfrutar tu vida y
gozar tu relación con tu hijo. ¡Está en ti hacer este cambio al pedir ayuda!
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