En el ámbito laboral todo el tiempo se toman
decisiones, esto hace definitivo que dentro del bienestar empresarial, el área
de gestión humana incluya dinámicas que promuevan dentro de los colaboradores
el pensamiento positivo.
Más que una
manera optimista de ver la vida, el pensamiento positivo busca mejorar la forma en la que las personas
perciben las dificultades. Al cambiar el chip ante los conflictos, las
decisiones a tomar serán más asertivas y por ende las acciones constructivas.
“Este tipo
de pensamiento debe trascender lo personal para vincularse con lo
interpersonal”
“Es fundamental que las personas, de manera
intrapsíquica -las ideas que se origina dentro de la psique o la mente-,
eduquen su pensamiento de manera positiva”.
De esta
forma, será consecuente con los actos que realizamos:
Ser cuidadosos con lo que se dice
Controlar los pensamientos y orientarlos al
cumplimiento de las metas
Buscar palabras adecuadas para comunicarse
Por medio de
la inteligencia emocional vincularse con el otro para construir juntos
Pero ¿cuál
es la importancia del pensamiento positivo en una compañía? De acuerdo con
Londoño, los colaboradores con un pensamiento positivo alcanzan sus metas con
mayor facilidad, son más creativos, trabajan mejor en equipo, confían en sus
habilidades, están motivados y la inteligencia se activa para solucionar los
problemas.
Cuando una persona piensa bien está bien y esto
cambia la forma en la que se percibe el entorno y se enfrenta cada situación. Un empleado con pensamientos positivos será exitoso y más
feliz en su trabajo y vida personal; esta actitud además de reflejarse
en una labor eficiente y más propositiva, mejorará la toma de decisiones.
“El pensamiento positivo debe ser característica
central de todos los líderes para que con su influencia se contagien sus
seguidores”. El pensamiento
positivo, más que un comportamiento, debe ser una competencia que
transversaliza el ser de los líderes y el de sus seguidores; y ser un peldaño
del engranaje del direccionamiento estratégico de las organizaciones”.
En ese sentido, los beneficios del pensamiento
positivo son varios. Además
de lo ya mencionado, las
compañías se convierten en un lugar ameno para trabajar, los empresarios
evitan la fuga de talento, mejoran los resultados de la organización y se toman
decisiones sopesadas.
¿Cómo tener un pensamiento positivo?
No existe
una fórmula mágica para implementar el pensamiento positivo en la compañía. Los
pensamientos nunca se detienen y podría decirse que su funcionamiento es
automático. Cuando se
habla de bienestar del pensamiento se debe trabajar en tres factores: el optimismo,
el pensamiento analítico y la creatividad. Al ser conscientes de
nuestros pensamientos será más sencillo bloquear lo negativo.
Asimismo, fomentar una cultura organizacional que
sea amigable es un buen comienzo. “Dime a quién contratas y te diré que cultura
tienes. Si quieres tener
equipos positivos, apúntale a una selección rigurosa, con un componente clínico
psicológico”.
Y a la hora de eliminar el pensamiento negativo en
una organización, para
lograrlo se dan algunas sugerencias:
Contratar un psicólogo experto en el tema. Existen técnicas para tomar conciencia
de lo que estamos pensando y así organizar nuestras ideas.
Trabajar mucho la cultura positiva en la organización
Evaluar constantemente al personal y dejarlo participar en su evaluación
Generar climas de confianza
Ser coherente
con la toma de decisiones y que estas sean participativas, nunca autocráticas
Generar gestión del conocimiento
Revisar la rotación de los colaboradores, si está es muy alta algo está fallando
Permitir que los jefes sean líderes
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