“Estaba
una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos
racimos de uvas quiso atraparlos con su boca. Pero no pudiendo alcanzarlos se
alejó, diciendo: -En realidad ni siquiera me gustan, están muy verdes…”.
Esta pequeña historia nos deja ver cómo a
menudo cuando nos rendimos de algo que queremos le hechamos la culpa a dicho
algo o a otros. La
moraleja es precisamente que no debemos pasar la culpa de no lograr lo que
queremos a los demás.
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