¿Qué
es ser multipotencial?
En el ámbito de la biología, una célula multipotencial es aquella a partir de
la cuál pueden nacer multitud de células con distintas funciones.
También se conocen popularmente como células madre. Del mismo modo las personas
multipotenciales tienen multitud de intereses variados e interdisciplinares.
Vamos, que no tienen nada que ver los unos con los otros. Estas personas podrían llegar a
dedicarse a cualquier cosa porque aún no han tomado una decisión al respecto.
Esto se explica mejor con la siguiente frase extraída directamente la página:
“Te
preguntas porqué sigues empeñado en pintar si aún no has conseguido vender
ningún cuadro. Te preguntas porqué tu vocación por la psicología ha
desaparecido y de repente te ves a ti mismo escribiendo tu primera novela
cuando en realidad estudiaste la carrera de arquitectura. La respuesta es
sencilla: eres multipotencial”.
En palabras de Emilie Wapnick …“de repente todo adquiere sentido. No hay nada raro
en ti. Tampoco se trata de que tengas miedo de tu propio éxito. La razón
por la que no puedes encontrar tu verdadera vocación es que en realidad tienes
muchas vocaciones. Todas
tus obsesiones esporádicas y tus raros proyectos interdisciplinares encajan
ahora.”
La
necesidad de etiquetas
Creo que cuando somos niños todos somos multipotenciales.
Sin embargo poco a poco los adultos van imprimiendo en nosotros la necesidad de elegir una
etiqueta. Frases como ¿qué vas a ser de mayor? y luego más tarde ¿a qué
quieres dedicarte? nos enseñan que lo normal es acabar encontrando nuestra
etiqueta.
Está claro que en algún momento de nuestras vidas tenemos que tomar una decisión y
enfocar nuestro camino hacia un determinado lugar si queremos encontrar
nuestro sitio en la sociedad. Aún así me pregunto si es posible encontrar ese
sitio sin la necesidad de utilizar una etiqueta. Parece difícil que así sea. Si
estudiaste contabilidad eres contable. Si estudiaste medicina eres médico. Yo
estudié publicidad y me gusta decir que trabajo en publicidad, no que soy
publicista. También es cierto que las etiquetas son una forma ahorro
comunicativo. No es
cuestión de contarle tu vida a cada persona con la que te cruces.
Dejando de lado cuestiones semántico-gramaticales, hemos aprendido la necesidad de
definirnos a nosotros mismos con una etiqueta. Esta etiqueta nos hace
sentirnos más seguros, como un ancla firmemente agarrada al fondo del mar que impide que nuestro barco se
mueva ante el continuo oleaje de la vida.
Esta etiqueta también les otorga seguridad a las personas que tenemos alrededor.
Parece que las personas de nuestro círculo cercano también sienten la necesidad de catalogarnos de
alguna forma. Necesitan
saber qué es lo que hacemos. A qué nos dedicamos. De igual forma que
nosotros también necesitamos saber qué hacen ellos. Si no tenemos esta
información es como si existiera una laguna en la imagen mental que nos hemos
formado sobre esas personas.
¿Entonces
las etiquetas son buenas o no?
Es obvio que las etiquetas cumplen una función útil e
instrumental desde el punto de vista comunicativo. Pero dejando de lado esta
función debemos huir de la
necesidad imperiosa de encontrar nuestra etiqueta para descubrir por fin el
sentido de nuestras vidas.
¿Qué pasa si aún no has encontrado tu etiqueta? ¿Tu vida
no tiene sentido? No
encontrar la respuesta a tales preguntas nos puede llegar a generar ansiedad.
Las etiquetas son importantes, pero no imprescindibles.
Los
3 retos de las personas multipotenciales
La autora dice que visualicemos la multipotencialidad
como un dón que nos ha sido otorgado. Este dón trae consigo 3 retos que cada
persona tiene que resolver de manera individual:
1.
Carrera: El grupo variado de intereses debe llegar a constituirse de tal
forma que te permita ganarte la vida.
2.
Productividad: Debes encontrar el punto medio de productividad con el
que puedas seguir manteniendo todos tus intereses sin perder el foco de
atención.
3.
Confianza: Debes sentir la suficiente confianza para seguir
desarrollando aquello que estés haciendo. También debes tener la confianza
necesaria para lidiar con aquellas personas que no acaben de entenderlo.
Personalmente
el concepto “multipotencial” me ha generado algo de tranquilidad al comprobar
que hay más personas como yo ahí fuera. Sin embargo no es oro todo lo
que reluce. El dinero no cae del cielo y tarde o temprano tenemos que tomar una decisión y elegir
cuál va a ser nuestro camino. Creo que es más fácil encontrar este
camino si aceptamos que somos personas normales y corrientes con grandes dosis
de inquietud e intereses variados. En definitiva, somos multipotenciales.
¿Y
tú? ¿Eres multipotencial?
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