Amar, amar y amar es lo que te ofrece regocijos y satisfacciones. ¿Pero qué es para ti amar?
Ojalá sea estar en Dios y, con su luz, aceptar, comprender, darte y dar, respetar y ser transparente.
Si de verdad amas entras al íntimo ser del ser amado, lo envuelves con tu luz y ves allí al mismo Dios.
En un mundo tan superficial tienes que entrar al espacio de las esencias y trascender.
Si amas no te quedas en los cuerpos, vás más allá de lo vano y lo material y llegas al alma.
Amar no es transitar por caminos fáciles porque el amor pide entrega y renuncias.
Cuestiona tu capacidad de amar y esmérate por pulirte y ser un amante verdadero, no un novato que hace sufrir.
Al partir lo único que contará es cuánto y cómo amaste. Recuerda que amor es la consciencia de Dios en ti.
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