No
hay males, hay aprendizajes
Hay
días oscuros en los que peleas con Dios, no le encuentras sentido a nada y tu
fe es una flor marchita.
También
los seres buenos conocen el dolor y la tribulación porque la vida es un sube y baja para todos.
Cree en Dios, permanece firme
y, poco a poco, se irán las desilusiones y llegarán días de gracia.
Volverás a ver la luz porque tu
destino no es descender peldaños hasta el fin en la escala de la vida.
La adversidad no es un castigo
divino, es una experiencia de aprendizaje en el exigente arte de amar.
Si no
sucumbes, mañana podrás decir lo que tantos han afirmado, aunque te suene
absurdo: “Esta crisis es
lo mejor que me ha pasado en la vida.
Fue
duro, pero gracias a ella
mi vida es mejor”.
Todo problema tiene su solución
para aquel que ama y sabe esperar.
Confía en Dios y sigue adelante.
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