Hacer
cambios en la mente es el mejor medio para ver cambios en la realidad y tomar
un mejor rumbo.
Todos desde niños podemos incubar en nuestro ser miedos, rabias, ansiedades, tristezas, apegos y bloqueos.
Por eso, la vida se nos presenta como un acertijo sin solución y, a veces, vagamos amilanados casi sin fe.
Pero hay días mágicos y Dios pone en nuestro camino seres de luz que nos muestran otro horizonte.
Si lo aceptamos, comienza un exigente trabajo de depuración que produce verdaderos milagros.
Poco a poco, con amor y fe, en un instante las brumas se van y nos encontramos con lo mejor de nosotros mismos.
La vida ya no aparece como una pesadilla, sino como una aventura rica en hallazgos, dones y sorpresas.
Como en toda aventura hay peripecias y obstáculos, pero los asumimos con fe y arrojo.
La alquimia interna transforma la realidad y salimos del infierno del desamor.
Una verdad que puede cambiar tu vida es descubrir que tú mismo creas tus dramas sin percatarte.
Desearías que tu vida fuera una comedia, pero creas con la mente y la actitud negativa un drama que te desgasta.
Sea que hablemos de la mente o del ego orgulloso, allí está el origen de tus problemas y también la solución.
Tú creas dramas cuando te menosprecias, creas dramas cuando culpas o te culpas, odias y juzgas.
Todo es sombrío cuando el miedo te domina, cuando eres deshonesto y con egoísmo tienes una falsa imagen de ti mismo.
Y todo mejora cuando silencias el ego orgulloso, te centras en el ahora y eliges amarte y amar de corazón.
La salida está en la aceptación total de ti mismo, de los demás y de la realidad.
Fluye en lugar de pelear o hacer resistencia.
La salida está en ser espiritual con una consciencia pura y libre, con la que sólo respiras amor y lo irradias.
Todos desde niños podemos incubar en nuestro ser miedos, rabias, ansiedades, tristezas, apegos y bloqueos.
Por eso, la vida se nos presenta como un acertijo sin solución y, a veces, vagamos amilanados casi sin fe.
Pero hay días mágicos y Dios pone en nuestro camino seres de luz que nos muestran otro horizonte.
Si lo aceptamos, comienza un exigente trabajo de depuración que produce verdaderos milagros.
Poco a poco, con amor y fe, en un instante las brumas se van y nos encontramos con lo mejor de nosotros mismos.
La vida ya no aparece como una pesadilla, sino como una aventura rica en hallazgos, dones y sorpresas.
Como en toda aventura hay peripecias y obstáculos, pero los asumimos con fe y arrojo.
La alquimia interna transforma la realidad y salimos del infierno del desamor.
Una verdad que puede cambiar tu vida es descubrir que tú mismo creas tus dramas sin percatarte.
Desearías que tu vida fuera una comedia, pero creas con la mente y la actitud negativa un drama que te desgasta.
Sea que hablemos de la mente o del ego orgulloso, allí está el origen de tus problemas y también la solución.
Tú creas dramas cuando te menosprecias, creas dramas cuando culpas o te culpas, odias y juzgas.
Todo es sombrío cuando el miedo te domina, cuando eres deshonesto y con egoísmo tienes una falsa imagen de ti mismo.
Y todo mejora cuando silencias el ego orgulloso, te centras en el ahora y eliges amarte y amar de corazón.
La salida está en la aceptación total de ti mismo, de los demás y de la realidad.
Fluye en lugar de pelear o hacer resistencia.
La salida está en ser espiritual con una consciencia pura y libre, con la que sólo respiras amor y lo irradias.
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