Cuando
eres sabio reconoces que la vida da vuelcos inesperados y desubica a los que
están presos de sus apegos.
Nada
es tuyo y en la rueda de la vida hoy estás en la abundancia y mañana en la escasez;
hoy casado, mañana solo.
Si
de verdad estás con Dios recuperas el equilibrio perdido,
dejas los miedos o las ilusiones y no te desesperas.
Las
nubes de la desgracia algún día se van y los que creen en
Dios vuelven a disfrutar un cielo luminoso.
Obrar
siempre con amor aleja las pesadillas y te ayuda a avanzar
seguro y renovado, con una confianza serena.
En
el camino espiritual hay noches oscuras y días de desierto
que sirven para depurar el
alma.
Lo importante es que en los tiempos inciertos no te rindas y
creas en nuevos amaneceres y nuevos frutos.
Para
el amor no hay sequías eternas ni derrotas definitivas
porque el amor, si es
auténtico, siempre te saca adelante.
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