Todos
venimos a la Escuela de la Tierra por un tiempo fugaz con una misión y un
destino.
Misión:
Es lo que te gusta hacer, aquello con lo que te identificas, pero te aporta poco a tu
evolución en conciencia.
Destino:
Es lo que te cuesta trabajo y presenta dificultad.
Aprendes lo que no sabes y
evolucionas.
Si
solo haces lo que te gusta, rehúyes el esfuerzo
y tu alma no avanza como debiera ser.
En otras palabras, te vas por el camino cómodo, lo
que es fácil, y evades los aprendizajes arduos.
Caes
en esa trampa, regresas al más allá y luego volverás a
la Tierra a vivir lo mismo hasta que lo apruebes.
Recuerda
que tú mismo eliges los aprendizajes con los ángeles
y que, incluso lo más
exigente lo puedes superar.
Lo que sí no debes tolerar son abusos o maltratos, si los
vives, cierra un ciclo, ámate y pon límites.
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