En las crisis pide a tu pareja dialogar
sobre el conflicto o problema en un lugar agradable, (café, restaurante,
parque), no en el hogar.
Ora antes y en la charla sé objetivo y
asertivo. Mantén la calma y no te dejes
llevar por emociones como rabia, odio o por tu Ego soberbio.
Agota
con calma y paciencia todas las posibilidades al analizar las causas del
problema y las consecuencias si no se arregla.
No saques de contexto el problema, no te remontes al pasado para
destapar problemas o males de otra época.
Acepta que nunca hay una única persona
responsable del problema.
A veces, por omisión, tú también tienes responsabilidad.
Si la falla es tuya, acéptalo con
humildad y pide perdón.
Promete no volver a cometer esa falta y haz un plan para cumplirlo.
Sé tolerante con tu pareja en todo
momento, aún si
eres objeto de hostilidad y agresión verbal. Dile: "¿Ya te desahogaste?
Calma, déjame explicarte...".
La prioridad es mantener vivo el amor,
pasar la página con tolerancia y disfrutar la armonía en tu relación que nunca
puede ser perfecta.
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