La lucha contra la obesidad requiere
cambios en el estilo de vida que deben basarse más en conseguir un equilibrio
entre la ingesta y el gasto de energía que necesita el organismo que en la mera
restricción de alimentos,
según el director ejecutivo del Anschutz Health and Wellness Center, James O.
Hill, que reconoce que esto último "no es una buena estrategia a largo
plazo".
Según
detalla este experto 'Es noticia', conocer y comprender el concepto de balance energético nos permitirá
modificar los factores que provocan un balance positivo y el aumento de peso.
"Los
componentes principales del balance energético son la ingesta de energía, los
depósitos de energía y el gasto de energía", de modo que todos ellos están interrelacionados y
"los cambios en cualquiera de estos componentes afectan a los demás".
Actualmente,
el organismo se esfuerza en conseguir un equilibrio entre la ingesta y el gasto
de energía, pero hay
factores ambientales como dietas hipercalóricas que, junto a la falta de
necesidad de actividad física o el atractivo de actividades sedentarias,
tienden a hacer que aumente la ingesta de energía y disminuya su gasto.
"El organismo se adapta
aumentando los depósitos de grasa corporal que sirven para aumentar el gasto de
energía", por lo que la obesidad "no debe percibirse como una
regulación defectuosa del balance energético sino como una adaptación al mundo
moderno", ha señalado.
Por
ello, este experto considera "difícil" mantener la restricción de alimentos a lo
largo de mucho tiempo, y aboga por mantener el balance energético de nuestro
organismo a largo plazo mediante tres pautas generales: aumentar la
actividad física de la población; fomentar una forma más inteligente de
alimentarse --sin restricción de alimentos--, lo que incluye concienciarse sobre el tamaño de las
raciones; y enseñar
a las personas técnicas de balance energético.
Para
que la gente ingiera una cantidad razonable de alimentos sin sentirse limitada
en la comida, y mantener un peso corporal saludable, será necesario aumentar la actividad física de la
población.
"Necesitamos enseñar a las
personas (empezando por los niños) el modo en que se relacionan la energía de
los alimentos y la energía de la actividad física, de modo que puedan hacer
mejores elecciones conscientes de alimentos y actividad física", según este
experto, convencido de que es posible evitar el aumento de peso mediante
pequeños cambios de comportamiento y sin disparar ningún cambio compensatorio
en gasto de energía".
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