A diferencia de lo que se expresa
verbalmente, no se puede fingir el lenguaje corporal.
Imagine
esta escena: en una mesa una pareja que recién se conoce cruza sus primeras
palabras. Ella sonríe, mira de reojo y acomoda su pelo; él se inclina hacia
adelante, arregla su corbata y también se pasa la mano por la cabeza.
Usted
no los conoce, pero sabe que coquetean. Ni siquiera es necesario abordarlos
para corroborarlo; sus gestos hablan por sí solos. Son imágenes de posturas corporales que hablan.
La
comunicación no verbal suele estar compuesta por mensajes que trascienden el
significado de las palabras, aun cuando siempre tienen una relación de
interdependencia con lo que se dice. A diferencia de lo que se expresa
verbalmente, no se puede fingir el lenguaje corporal.
"Los
seres humanos cuentan con mecanismos para interpretar la congruencia o incongruencia
de los mensajes no verbales, incluso cuando algunos tienden a exagerar o
simular movimientos, para manipular una situación".
Aprender
un poco sobre el lenguaje corporal puede resultar útil en el proceso de
relacionarse con otras personas. De entrada el cuerpo, dicen los psicólogos, envía señales sobre qué tan
dispuesto está alguien a entablar una conversación con otro:
Los brazos cruzados, por ejemplo,
constituyen una posición cerrada, defensiva, mientras que una posición más
abierta y relejada denota confianza.
Rascarse
la cabeza
Este
tipo de signo a menudo se asocia con estados de inseguridad y nerviosismo, al
igual que comerse las uñas.
Rascarse
el cuello
Por debajo del lóbulo de la oreja
indica incertidumbre. Si apoya la cabeza sobre la palma de la mano, mientras
ladea la cabeza, transmite aburrimiento.
Apuntar
con el dedo
Entre
los muchos signos que la gente tiende a asociar con autoritarismo, hay uno
clásico: mantener la palma cerrada en un puño y señalar a la otra persona.
Tocarse
la nariz
Que una
persona se toque constante y rápidamente la nariz mientras habla con otra
persona, se puede leer como un signo de inseguridad e incluso de que está
diciendo mentiras.
Elevar la ceja
Ligeramente, arreglarse la corbata,
cogerse el pelo y mirar de reojo son signos de coquetería tanto en hombres como
en mujeres.
Enganchar los pulgares en el cinturón,
con las manos sobre las caderas, indica que se está evaluando a la otra
persona.
Se
invade el espacio
Cuando
un hombre se inclina suavemente hacia adelante, con la espalda un poco
encorvada, trata, en forma inconsciente, de manifestar simpatía hacia la
persona que está con él.
En el
saludo
Cuando
al saludar una persona toma la mano y el codo de su interlocutor, trata de
demostrar intimidad. Claro que si lo hace con un desconocido, se puede lograr
el efecto contrario.
Objetos
en la boca
Si una
persona está a punto de tomar una decisión, se lleva algún objeto a la boca y
abstrae la mirada, indica que puede no estar muy segura de lo que está pensando.
Es decir, que está
dudando.
Palmas arriba
Cuando alguien desea ser franco y
honesto, de manera inconsciente levanta las palmas de las manos hacia la otra
persona. Exhibir
las palmas siempre se ha asociado con la verdad.
Cruzar
las manos
por
detrás de la cabeza a menudo es una posición que transmite confianza y sentido
de superioridad. El
problema es que este gesto suele molestar a muchos interlocutores.
Si va a
una entrevista de trabajo lo mejor es actuar con naturalidad, pues es difícil
controlar todos los gestos y movimientos. Eso no quiere decir que se descuiden
ciertos detalles.
Por ejemplo: las actitudes extremas
siempre mandan el mensaje contrario.
Si se
muestra demasiado tenso y cerrado podrá transmitir inseguridad; si adopta una
actitud muy relajada, es probable que acabe proyectando desinterés. Debe vestirse
formalmente, sentarse derecho en la silla (no sólo en el borde) y si cruza la
pierna, hacerlo con discreción (entrelazarlas excesivamente, en el caso de las
mujeres, o acomodar un tobillo sobre la rodilla de la pierna opuesta, en el
caso de los hombres, puede no ser muy bien visto). Procure no tocarse la nariz, no frotarse los ojos,
no rascarse la cabeza, no mirar hacia el piso siempre y no cruzar los brazos
sobre su pecho; estos gestos suelen interpretarse como si dudara, mintiera o
rechazara la situación.
Mirar
todo el tiempo y fijamente a los ojos del entrevistado no se aconseja, pues se
trata de un mensaje no verbal de desafío. Mejor pinte un triángulo imaginario
en la frente de su interlocutor, dirija ahí su mirada y no la baje. Así
transmitirá seguridad.
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