En distintos lugares la vida te ha dado el regalo de tratar personas
que sacan lo mejor de ti mismo. Son seres de luz que irradian paz y te conectan
con el maravilloso mundo del amor y del espíritu.
A su lado se desvanecen las suspicacias y
hay terreno abonado para el entusiasmo y la esperanza. Recuerda algunas de esas
personas y siente el desafío de ser tú lo mismo para los demás.
Sé un arco iris, una primavera, un sembrador de fe, alguien que ayuda a
conquistar sueños.
Siente el gozo de dejar una buena huella,
de dejar cada espacio mejor de lo que lo encontraste.
Ya sabes que la verdadera riqueza está en el corazón y que la paz
interior es el don más preciado.
Haz todo con amor y por amor.
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