La
salud no siempre viene de los genes o los buenos hábitos, la mayoría de
las veces se genera desde la paz mental,
la paz en el corazón y en el alma.
Viene
con la risa, la aceptación genuina hacia uno mismo y a los demás, viene con el amor y el cuidado
que recibimos de nosotros mismos y que bien recibimos y aceptamos de los demás.
Hay
alimentos saludables imprescindibles que nos proveen de más energía y los
cuales no vienen de un plato balanceado.
Las calorías de un abrazo fuerte, las proteínas de un beso pausado, los
Omegas de un “Aquí estoy”, la dopamina que genera inmediatamente un “Te ves
increíble” y el anti
cancerígeno por excelencia de la honestidad indiscutible y la fiel compañía de
los amigos y familia.
Siempre
acompañado por los antioxidantes que no vienen exactamente en el vino de la
copa si no de la conversación con esa persona especial que te escucha y te hace sentir que ese es el
momento correcto para ambos. ¡Salud!
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