Un
informe vaticina que el veloz avance tecnológico pronto cambiará nuestro mundo
por completo.
El
informe ‘Rethinking Humanity 2020’ predice que durante esta década se darán las
condiciones para cambiar completamente nuestra forma de vida y hacer un mundo
más justo, sostenible y feliz.
En medio de la pandemia de mayor alcance que haya visto
el ser humano y de un calentamiento global que amenaza con destruir el mundo
que conocemos, dos expertos ven una oportunidad para que la humanidad dé un
gran salto.
¿Nada será lo mismo?
Nos
acercamos velozmente a la cúspide de la transformación más rápida, profunda y
con mayores consecuencias de toda la historia de la civilización. Y por
primera vez no solo podríamos superar fácilmente la pobreza, sino que el acceso
a todas nuestras necesidades básicas podría convertirse en un derecho humano
fundamental sin que esto suponga un costo imposible, pronostica el laboratorio
de ideas RethinkX.
En su último informe, ‘Rethinking Humanity 2020’
(‘Repensando la humanidad’), predicen que durante esta década, las tecnologías claves
convergerán para producir una disrupción completa en los cinco sectores fundamentales
que sustentan la economía global y, con ellos, de las principales
industrias y cadenas productivas.
Pronostican
que los costos en información, energía, alimentación, transporte y materiales
se reducirán diez veces o más en comparación con los actuales, mientras
que los procesos de producción serán diez veces más eficientes en el uso de
recursos, utilizando un 90 por ciento menos recursos naturales y generando
entre diez y 100 veces menos desechos.
Y si
el costo de las necesidades básicas de una persona se abaratara hasta unos
niveles tan reducidos como los que ellos visualizan, la eliminación de la
pobreza podría ser una realidad para el 2030, en tan solo diez años.
Tan osado pronóstico se apoya en la convicción de los
profundos efectos transformadores que pueden lograr la disrupción del sector
tecnológico volcada en los medios de producción, y que abrirán posibilidades
extraordinarias para la sociedad, según RethinkX. Aunque también advierten que la alternativa a este
desenlace feliz podría ser el riesgo de que nuestra civilización colapse en el
intento, o se pierda en el camino, haciendo que todos entremos en una nueva era
‘oscura’.
“El camino que tomemos depende de las elecciones que hagamos a partir de hoy”,
subrayan.
Según ‘Rethinking
Humanity 2020’ pasaremos
de un mundo construido sobre carbón, petróleo, acero, ganado y hormigón, a
uno sobre fotones, electrones, ADN,
moléculas y bits cuánticos.
RethinkX se autodefine como un grupo de expertos
independientes que analiza y pronostica la velocidad y la escala de la
disrupción impulsada por la tecnología y sus implicaciones en la sociedad. Y
aunque el término está muy de moda en los entornos corporativos, vale la pena aclarar el
concepto: se denomina disruptivo al proceso o modo de hacer las cosas que
supone una ‘rotura o interrupción brusca’ y que se impone y desbanca a las
ideas y maneras que venían empleándose hasta ese momento, en cualquier campo.
Sus fundadores, Tony Seba, líder de opinión y empresario
de Silicon Valley (EE. UU.), y James Arbib, inversor en tecnología y filántropo
con sede en Londres (Reino Unido), señalan que, a diferencia de los pronósticos basados en modelos
mecanizados y aislados, su enfoque predictivo “captura los procesos complejos
que impulsan un patrón de cambio rápido y no lineal”.
Dos de sus aciertos recientes
Como resultado, Seba y Arbib aseguran que han sido más precisos que los analistas convencionales al predecir la velocidad y la escala de las interrupciones tecnológicas, por ejemplo, pronosticando con acierto, hace diez años, las reducciones en el costo de la energía solar fotovoltaica y de las baterías de iones de litio, que han tenido lugar en 2020 y que hoy hacen que la energía solar doméstica y empresarial, así como los automóviles eléctricos, hayan dejado de verse como utopías ecologistas y sean parte de las opciones reales para construir un mundo menos polucionado y más sustentable.
“Las interrupciones tecnológicas que se avecinan y el
rápido cambio no lineal que impulsarán no son, como predicen los analistas
convencionales, otra revolución industrial, sino que el mundo está experimentando un cambio mucho más
fundamental, ya que nuestro propio modelo productivo se está poniendo de
cabeza”, según indican en este informe que pretende, según sus autores,
repensar la humanidad misma.
Para Tony Seba, podemos usar la próxima transformación para resolver
desafíos de la humanidad, como la desigualdad, la pobreza y la destrucción
ambiental, si reconocemos lo que está sucediendo, entendemos sus implicaciones
y tomamos decisiones críticas ahora, porque estas mismas tecnologías
prometedoras también
podrían acelerar el colapso de nuestra civilización.
El informe revela que el costo del famoso ‘sueño
americano’ (el 'american dream') podría ser tan bajo como $ 250 dólares
mensuales por persona para el 2030.
‘Rethinking
Humanity 2020’ describe un cambio del actual modelo de producción predominante,
de extracción y explotación, hacia un modelo de creación localizada a partir de
‘bloques de construcción’ ilimitados y ubicuos: “Un mundo construido no sobre carbón, petróleo,
acero, ganado y hormigón, sino sobre fotones, electrones, ADN, moléculas y bits
cuánticos”, indican.
“Este
cambio permitirá una mejora diez veces mayor en costos y eficiencia en cinco
sectores fundamentales, cuyos avances han impulsado a lo largo de la historia
la aparición de civilizaciones nuevas, mucho más capaces y avanzadas,
cuando se combinaron con una organización y gobernanza social y unos sistemas e
instituciones económicos adaptados y mejorados”, señalan.
Estos cinco sectores, que sustentan la economía global y las principales
industrias del mundo, y que en los próximos diez años se verán afectados por la
convergencia de tecnologías claves, son: información, energía,
alimentación, transporte y materiales.
Y por eso es que los cofundadores de RethinkX sostienen que en los próximos
años podrían ocurrir no solo cambios trascendentales en otras áreas de la
economía, sino que se podría ‘alivianar’ el costo de la vida cotidiana de una
manera tan significativa que se podría sacar a las personas de la pobreza
fácilmente, según aseveraron a la revista Fast Company.
Por ejemplo, el informe revela que el costo del famoso ‘sueño
americano’ (el american dream) podría ser tan bajo como $ 250 dólares mensuales
por persona para 2030. Y lo resumen así: unos 1.600 kilómetros al mes de
transporte; 2.000 kilovatios hora (kWh) al mes de energía; una nutrición
completa (incluyendo 100 gramos de proteína, 250 gramos de carbohidratos
saludables, 70 gramos de grasas, y micronutrientes), 100 litros de agua limpia
al día; así como educación continua, unos 46,5 metros cuadrados de espacio vital y comunicaciones. Y añaden,
con convicción, que “ese costo podría reducirse a la mitad para 2035”.
Con estas cuentas, los autores concluyen que esto sería
posible para todos. Tony Seba añade que eso haría “posible un nuevo contrato social que proporcione
una calidad de vida mínima que abarque estas necesidades básicas no solo en
Estados Unidos, sino en todo el mundo”.
Por primera vez en la historia contamos con las
herramientas tecnológicas para dar un salto increíble y elevar a la humanidad a
un punto nunca antes visto, evitando el colapso.
No mirar para atrás
“Por primera vez en la historia, contamos con la tecnología para satisfacer las necesidades humanas básicas para todas las personas, a una fracción del costo, tanto económica como ambientalmente”, señala por su parte James Arbib. “Pero –añade– las lecciones de la historia son instructivas. Las civilizaciones líderes han caído al llegar a los límites de su capacidad para organizar su sociedad y resolver los problemas creados por el sistema de producción imperante”, agrega.
Muchas
“civilizaciones que se vieron amenazadas por el colapso miraron hacia atrás e
intentaron recuperar los días de gloria remendando su sistema de producción y
duplicando su sistema de organización en lugar de adaptarse, colapsando como
sociedad y descendiendo a una edad oscura”, anota Arbib.
“Aunque, a diferencia de las civilizaciones anteriores,
por primera vez en la historia no solo contamos con las herramientas
tecnológicas para dar un salto increíble en las capacidades sociales, sino
también la capacidad de ver lo que viene y elevar a la humanidad a un punto
nunca antes visto, evitando el colapso”, destaca el informe.
Es imperativo que el poder no se use para reparar lo
viejo, sino para acelerar lo nuevo. El desafío es la estabilidad social mientras emerge el nuevo sistema y
cerramos el antiguo.
En ‘Rethinking Humanity’ se plantea un plan de acción
para los líderes de todo el mundo que se enfoca en acelerar el despliegue, la
infraestructura y las cadenas de valor de los nuevos sistemas de energía,
información, materiales, alimentos y transporte, mientras que al mismo tiempo
termina estratégicamente el viejo modelo de producción de extracción. Pero se deja muy claro que si el
liderazgo no está a la altura, las cosas podrían ir muy mal.
“El
futuro no está predeterminado. Podemos elegir elevar a la humanidad a nuevas
alturas sin precedentes o, en cambio, preservar el statu quo y descender a una
edad oscura. A medida que los shocks sucesivos, concurrentes y
predecibles desestabilicen a nuestra civilización en la década de 2020, la
respuesta inmediata será una mayor centralización y concentración de la toma de
decisiones y los recursos, dando a los Estados nacionales, previamente
bloqueados por la polarización, el poder y la capacidad de tomar medidas
decisivas”, dice Seba.
Y subraya: “Es imperativo que este poder no se use para reparar lo viejo, sino
para acelerar lo nuevo. El desafío es asegurarnos de proteger a las personas y
mantener la estabilidad social mientras emerge el nuevo sistema y gestionamos
conscientemente el cierre estratégico del antiguo sistema de extracción”.
“Las edades oscuras no ocurren por falta de sol, sino por falta de liderazgo”,
anota por su parte Arbib. “Esta es una llamada de atención a los líderes de la sociedad, públicos y
privados, para ver lo que realmente está sucediendo, comprender las
implicaciones y repensar la forma en que todos hacemos negocios, invertimos y
organizamos la sociedad”.
¿Nada será lo mismo?
Como resultado, Seba y Arbib aseguran que han sido más precisos que los analistas convencionales al predecir la velocidad y la escala de las interrupciones tecnológicas, por ejemplo, pronosticando con acierto, hace diez años, las reducciones en el costo de la energía solar fotovoltaica y de las baterías de iones de litio, que han tenido lugar en 2020 y que hoy hacen que la energía solar doméstica y empresarial, así como los automóviles eléctricos, hayan dejado de verse como utopías ecologistas y sean parte de las opciones reales para construir un mundo menos polucionado y más sustentable.
“Por primera vez en la historia, contamos con la tecnología para satisfacer las necesidades humanas básicas para todas las personas, a una fracción del costo, tanto económica como ambientalmente”, señala por su parte James Arbib. “Pero –añade– las lecciones de la historia son instructivas. Las civilizaciones líderes han caído al llegar a los límites de su capacidad para organizar su sociedad y resolver los problemas creados por el sistema de producción imperante”, agrega.
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