Para
los antiguos egipcios la reencarnación era una realidad como lo es para
hinduistas y budistas.
La verdad es que la mayoría de la humanidad cree
en ella como proceso gradual de aprendizaje.
Las
almas fueron creadas en la inconsciencia y el desamor para llegar a la conciencia y al
amor.
En realidad no son muchas vidas, es una sola en varias etapas,
como una carrera en varios semestres.
Hace siglos esta creencia estaba presente en la fe,
pero todo cambió después del emperador Constantino.
Con él la Iglesia se transformó en una
estructura poderosa a costa de una fe humilde y centrada solo en el amor.
De hecho creer en la reencarnación no es anticristiano, ya que la
esencia de la fe es solo una: Amar.
Ese paso explica aparentes injusticias
y aleja la falsa creencia
en una castigo eterno.
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