Los
capitalistas de riesgo no son muy propensos a invertir en empresas impulsadas
por misiones sociales. Para ellos, lo importante es enfocarse en las ganancias.
Están dispuestos a
invertir en una nueva empresa de alta tecnología sin ningún tipo de ingreso,
pero no en una empresa
rentable que haga el bien. Lo mismo ocurre con los bancos.
¿Qué
puede hacer entonces un emprendedor que intenta crear una empresa que salve al
mundo a la vez que genere ganancias? Afortunadamente existe un creciente
mercado de inversionistas y prestamistas dispuestos a ayudar. En los
últimos 5 años han surgido
unos 15 fondos sociales cuyo objetivo es financiar empresas interesadas en un poco más que generar
ganancias. Se trata
de “Capital de Paciencia”.
Al igual que los capitalistas de riesgo
tradicionales, invierten
en empresas con el objetivo de vender posteriormente su porción y ganar dinero
al hacerlo. Pero a diferencia de estos, están dispuestos a esperar un poco más para lograrlo
– especialmente si venderlas temprano compromete su misión social. Adicionalmente, pueden
conformase con un retorno de 15% anual, mientras que los tradicionales
aspiran un 30% o más.
Adicionalmente, existe otra gran diferencia. Los fondos con orientación
social están dispuestos a considerar modelos de negocio poco tradicionales.
Así, por ejemplo, un emprendedor que comienza una empresa que importa bienes de
“comercio justo” o
que destina un 10% de sus
ganancias a su organización sin fines de lucro, no tendría chance con un
fondo tradicional, pero si
con uno social.
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