Los hijos hoy mueren en su cuarto
Antes perdíamos hijos en los ríos, en los matorrales, en
los mares, etc... ¡hoy los hemos perdido dentro de su propia habitación!
Cuando jugaban en los patios
oíamos sus voces, escuchábamos sus fantasías y al oírlos, a la distancia,
sabíamos lo que pasaba en sus mentes.
Cuando entraban en casa no
existía una TV en cada habitación, ni dispositivos electrónicos en sus manos.
Hoy no escuchamos sus voces, no oímos sus
pensamientos. Los niños están allí,
dentro de sus cuartos, y por eso pensamos que estan seguros.
Cuánta inmadurez la nuestra!!!
Ahora se quedan con sus
auriculares, encerrados en sus mundos, construyendo sus saberes sin que sepamos
lo que es ...
Perdiendo literalmente la vida, aún vivos en cuerpos,
pero muertos en sus relaciones con sus padres, encerrados en un mundo de
Tecnología que en nada contribuye a la formación de niños seguros y fuertes
para tomar decisiones moralmente correctas y de acuerdo con sus valores
familiares.
*Dentro de sus habitaciones perdemos a nuestros hijos con
las drogas, las conversaciones con malos amigos, la pornografía, inmersos en un
mundo de fantasía y toda clase de peligros y amenazas.*
*Muertos de su identidad familiar.*
Se convierten en una mezcla de todo aquello por lo que
han sido influenciados y los padres no siempre saben lo que sus hijos son.
Usted hoy puede leer este texto y
enviarlo a los amigos; pero, tal vez puedan rescatar a sus hijos... También
puede ver en él verdades y reflexionar sobre ellas. Todo esto será excelente...
Pero hay que hacer algo, actuar!!!
Como Psicopedagoga he visto
tantas familias enfermas con hijos muertos dentro de la habitación, entonces le
hago una invitación y, por favor acepte!
*Le invito a sacar a sus hijos de la habitación, de la
tableta, del celular, del ordenador, del auricular. Le invito a comprar
juegos de mesa, tableros y tener hijos en la sala, a su lado, por lo menos 2
días establecidos, en su habitación, entre semana en la noche (más allá del
sábado y del domingo).*
Y juegue, diviértase con ellos, escuche sus voces, sus
palabras, sus pensamientos y que tenga usted la gran oportunidad de sentirlos
vivos, "dando trabajo" y que ellos aprendan a vivir en familia,
se sientan pertenecientes a un hogar para que "no necesiten aventurarse en
esos juegos locos para sentirse alguien o tener un poco de adrenalina que antes
tenían con las bromas en el patio, ni buscar la compañía y la atención que
usted, tal vez por trabajar duro para que a sus hijos no les falte nada, no les
puede brindar".
¿Acepta la invitación?
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