Angustia,
ansiedad y la sensación de no ser capaz de desafiar una situación es muy común.
El médico psiquiatra José A. Posada propone algunos mecanismos saludables para salir de ese túnel.
Una crisis emocional a menudo significa que alguien no se siente capaz de hacer
frente a una situación o de controlarla. Puede sentir una gran angustia
o ansiedad emocional y que
no puede enfrentar la vida en el día a día, y hasta pensar en suicidarse
o autolesionarse.
Mientras logra ayuda profesional, es importante que la
gente conozca algunos de
los mecanismos de afrontamiento más comunes que son poco saludables.
El
primero es la negación. Este es uno de los elementos de afrontamiento
más comunes. Implica mentirse a sí mismo y a los demás en un intento por evitar
enfrentarse a verdades dolorosas.
Otro
mecanismo es la evitación, una forma de afrontamiento común,
especialmente para las personas ansiosas o con baja autoestima y es
particularmente difícil de superar porque cada vez que evitan alguna situación difícil, refuerzan el
comportamiento.
El
desplazamiento, el tercero en la lista, ocurre cuando la persona
redirecciona los sentimientos negativos acerca de alguien o algo hacia otra
persona. Esta forma de afrontamiento poco saludable puede crear problemas
serios en las relaciones.
¡Deje
de tratar de ser feliz!
No estamos diseñados para serlo
También
está la procrastinación. Es raro que una persona no se demore en la
realización de sus actividades al menos de vez en cuando.
Pero cuando lo hace con frecuencia, crea muchos problemas y genera
estrés, lo que no es bueno para nadie.
Si es un procrastinador, lo más probable es que esté tratando de evitar
hacer algo incómodo o difícil.
Se
puede afrontar las cosas por medio de la agresividad pasiva, un
mecanismo de afrontamiento muy común. La manera de expresar rabia o resentimiento es no hacer
lo que se le solicita. El comportamiento pasivo-agresivo puede hacer que
se sienta bien en el momento, pero afecta negativamente las relaciones y evita el manejo adecuado de
los sentimientos negativos.
Está la racionalización, que implica el uso de una aparente lógica o excusas
para evitar enfrentar la verdad, y mantenerse desproporcionadamente
ocupado: ya sea como adicción al trabajo o mantener la agenda llena de
actividades. Esta es otra
manera de evitar tratar con personas, situaciones o emociones que no quiere
enfrentar por una razón u otra.
Intelectualización, otra forma de evitar o excluir emociones negativas o
incómodas. Las
personas que intelectualizan a menudo se centran en cosas como los hechos, las
estadísticas y la lógica, no solo en sus relaciones con los demás, sino
en su propia vida interior. Por último está la trivialización: implica minimizar las cosas que
son importantes o significativas, generalmente en su detrimento.
Si bien también existen otros mecanismos de manejo poco
saludable, los que se enumeran arriba son algunos de los más comunes. ¿Reconoce alguno de ellos en su
modo de ser?
Renunciar
a un problema deja un gran vacío, pues significa que ha renunciado a uno
de sus principales mecanismos de afrontamiento. Por lo tanto, es necesario reemplazarlo,
así como cualquier otro mecanismo de afrontamiento inadecuado con algo saludable y que
afirme la vida, en lugar
de algo perjudicial o destructivo.
Los
siguientes son algunos ejemplos de mecanismos de afrontamiento saludables.
Ejercicio:
el ejercicio es, sin duda, uno de los mejores mecanismos de afrontamiento.
Además de ayudar a lograr y mantener un peso saludable, dormir mejor y reducir
el riesgo de desarrollar una multitud de problemas de salud, también mejora su
bienestar emocional.
Enfocarse
en lo positivo: las crisis a menudo son provocadas por pensamientos
negativos. En ocasiones es posible que tenga que esforzarse un poco para
encontrar el lado positivo, pero está ahí. Esto no significa que deba
trivializar o minimizar las cosas negativas. Más bien, reconocerlas y luego buscar lo positivo.
Practicar
la gratitud: significa buscar conscientemente aspectos de la vida, sin
importar cuán pequeños sean, por los cuales estar agradecidos.
Escribir:
el acto de escribir es una excelente manera de expresar sentimientos y
pensamientos, tanto positivos como negativos. Si lo hace de manera regular,
le ayudará a obtener una mejor perspectiva de sí mismo.
Meditar:
la meditación a menudo se asocia con prácticas religiosas o esotéricas, pero no
tienes que ser religioso para disfrutar de sus muchos beneficios. Puede
ser tan simple como tomarse unos minutos para encontrar un lugar tranquilo y
sentarse en silencio, concentrándose solo en su respiración. Cuando se practica
regularmente, la meditación proporciona numerosos beneficios mentales y físicos
al inducir una relajación profunda, mejorar la atención plena y reducir el
estrés.
Respiración
profunda: a veces, simplemente necesitamos respirar profundamente.
Practicar la respiración profunda, siempre que se sienta enojado, molesto,
frustrado, estresado o ansioso, es una excelente manera de reducir esos
sentimientos negativos y de calmarse. Practica la respiración desde el
diafragma, inhalando profundamente y exhalando lentamente.
Conversar:
como seres humanos, no estamos destinados al aislamiento. Es importante
tener a alguien, un confidente que sepa escuchar, con quien pueda compartir
sentimientos y pensamientos angustiosos. Esta es una de las razones por las que
las personas acuden a terapia: para hablar de lo que les preocupa.
Convertir
la rabia o el dolor en algo útil: muchas actividades creativas y descubrimientos han surgido del
dolor o la ira. Ya sea que cree su propio proyecto o se una a otro,
canalizar los sentimientos negativos en algo que ayudará a otros es una
situación de ganar-ganar y una excelente manera de facilitar el alivio mental.
Espero
que esta lista le ayude a reconocer cualquier mecanismo de afrontamiento no
saludable que pueda estar usando, al tiempo que le ofrezca ideas para nuevas
maneras benéficas de enfrentar los desafíos y crisis que son una parte
inevitable de la vida.
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