Aunque te hayan dicho lo contrario, Dios no decide la muerte de ninguna
persona.
Antes de encarnar cada alma programa el día y el modo de trascender
y Dios no cambia ese plan.
Jesús lo sabía y por eso anunció tres veces
a sus discípulos cuándo y cómo iba a morir: Mateo 16,21; 17,22 y 20,17.
Cada espíritu parte exactamente cuando es, ni antes ni después, según lo que necesita aprender y enseñar.
Esto lo deberían enseñar los credos y les
evitarían a sus seguidores muchas peleas estériles con Dios.
Los padres dudan de Dios cuando un bebé muere o les asesinan a un hijo;
su fe esta vuelta añicos.
La verdad es que eso tenía que pasar y en su
profundo dolor necesitan ver
la muerte con ojos de amor y con desapego sereno.
Ojalá crean que ese ser vive con un cuerpo sutil, está feliz y que
lo volverán a encontrar en La Luz.
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