El
“Diluvio universal” es el nombre de un mito sumerio y, posteriormente, con que
se conoce un acontecimiento narrado en el Génesis, primer libro de la Biblia,
sobre la historia de Noé y el castigo enviado por Dios.
Por la cronología bíblica, este comenzó en el año 2370 a.C.
Igualmente se utiliza la expresión “diluvio
universal” para referirse a la creencia de un gran diluvio que afectó al
planeta en la antigüedad.
En la tradición judeo-cristiana, el diluvio es
narrado en el Génesis, donde se cuenta cómo Noé construyó un arca en la que
salvó a su familia y también tomó siete parejas de animales limpios y una
pareja de animales no limpios, macho y hembra de cada especie (Génesis 7:2),
siendo los únicos supervivientes en todo el mundo.
La
historia sobre el diluvio bíblico, o su versión de Mesopotamia, no son las
únicas historias sobre esta temática. Así, igualmente existen otras historias
de diluvios en otras culturas del mundo. No obstante, hay
que tener en consideración que "no existen pruebas" de que realmente
estén relacionadas o que correspondan al mismo fenómeno.
Estas
son algunas historias de “diluvios universales”:
Hindú:
En las Escrituras védicas de la India encontramos a un rey llamado Svayambhuva
Manu, que fue avisado del diluvio por una encarnación de Visnú en forma de un
gigantesco pez (Matsya Avatar). Matsya arrastró el barco
de Manu y lo salvó de la destrucción. El diluvio hindú fue mucho más
devastador, ya que el agua no provenía de las nubes de este planeta, sino que
se trataba de una creciente del océano que se encuentra en el fondo del
universo.
Griega: La mitología griega relata la historia
de un gran diluvio producido por Poseidón, quien por orden de Zeus había
decidido poner fin a la existencia humana, por haber aceptado el fuego que
Prometeo había robado del Monte Olimpo. Deucalión y su esposa Pirra fueron los
únicos supervivientes. Prometeo le dijo a su hijo Deucalión que construyese un
arca en la que introdujera una pareja de cada animal, de forma análoga a la
historia bíblica, y así sobrevivieron.
El
pueblo Americano Mapuche: El pueblo mapuche cuenta entre sus mitos con la
fantástica leyenda del diluvio universal. Encarnan la leyenda dos serpientes,
la llamada Treng treng vilu, protectora de los hombres, y Caicai vilu, enemiga
del género humano.
Un día fueron advertidos por la culebra amiga
Treng treng vilu que la culebra enemiga les preparaba un exterminio mediante
una terrible salida del mar y les instó a refugiarse en el cerro sagrado que ella
habitaba, donde sólo unos pocos concurrieron. Producida la inundación, a medida que las aguas subían
Treng treng vilu elevaba el cerro hasta acercarse al sol. Los refugiados
se salvaron y los que fueron alcanzados por las aguas quedaron convertidos en peces,
cetáceos y rocas. Así fue cómo se salvó la humanidad al bajar estos pocos
hombres desde el cerro en el que se habían refugiado.
La Isla de Pascua: La tradición del pueblo de
Isla de Pascua dice que sus ancestros llegaron a la isla escapando de la inundación
de un mítico continente o isla llamada Hiva.
La
cultura Maya: En la mitología del pueblo maya se relata la existencia de un
diluvio enviado por el dios Huracán.
La cultura Azteca: En el manuscrito azteca
denominado Códice Borgia (Códice Vaticano), se recoge la historia del mundo
dividido en edades, de las cuales la última terminó con un gran diluvio a manos
de la diosa Chalchitlicue.
El pueblo Inca: En mitología incaica,
Viracocha destruyó a los gigantes con una gran inundación, y dos personas repoblaron
la Tierra: Manco Cápac y Mama Ocllo. Únicamente sobrevivieron en cuevas
selladas.
En el lago Titicaca: Habita un grupo de
indígenas conocidos por el nombre de uros o urus, existe una leyenda local que
dice que, después del diluvio universal, fue en el lago Titicaca donde se
vieron los primeros rayos del Sol.
En la nación africana de Chad: La tribu
moussaye en su mitología cuenta la historia de que una vez una familia vivía en
un lugar remoto, y que cierto día, la madre quiso preparar una comida opípara
para su familia; así que tomó el mortero con su majador para moler el grano y
hacerlo harina. (En aquel tiempo el cielo estaba mucho más cerca que ahora. En
efecto, si se alargaba la mano, podía tocarse.) Majó el grano con todas sus
fuerzas; sí, machacó el mijo y lo hizo pronto harina. Pero al moler, la mujer
se descuidó y alzó el majador tan alto que hizo un agujero en el cielo. En el
acto empezó a caer a la tierra mucha agua. No era una lluvia normal. Llovió
durante siete días y siete noches hasta que toda la tierra quedó anegada.
Conforme caía la lluvia, el cielo se iba levantando, hasta que llegó a la
altura inalcanzable que ahora tiene. Desde entonces perdimos el privilegio de
tocar el cielo con la mano.
En Tierra de Fuego: Para los Kawesqar, o
Alacalufes, una gran inundación tuvo lugar en el mundo cuando un joven cazó,
para regalarle una buena comida a su novia, a una nutria (o coipo, según otra
versión) que por tabú no podía ser cazada. Ésta era una criatura protegida por
el espíritu de las aguas, quien, dolido por esta afrenta, hizo subir el mar
para vengarse de toda la humanidad. Al final del relato, el joven y su novia se
salvan al subir a elevados cerros. Luego son ellos los encargados de repoblar
la tierra.
En San Juan, Puerto Rico: En jeroglificos
encontrados, indican que Yukiyu, un "dios taíno", creó una gran
inundación. Se dice que se salvaron gracias a que se albergaron en el bosque
fluvial del Yunque.
La cultura Guaraní: La Mitología guaraní de
los nativos de América del Sur sostiene que durante el tiempo conocido como
"Yvy tenonde" (primera tierra), los hombres y los dioses convivían
libremente en ésta en abundancia y no existían enfermedades o penurias.
Hasta que un hombre llamado Jeupié transgredió
el tabú máximo: el incesto, al copular con la hermana de su padre. Este hecho
fue castigado ejemplarmente con un diluvio (Mba'e-megua guasu) que destruyó
aquella tierra primera y produjo la partida de los dioses hacia su morada
celestial.
Desde
entonces los hombres habitantes de la "nueva tierra" conocida como
Yvy Pyahu estan condenados a la eterna búsqueda de aquella primera tierra
perdida que llaman: "Yvymara'eỹ" (Tierra Sin Mal).
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