Cuando actuamos por amor en vez
de por obligación lo que estamos haciendo milagrosamente se convierte en
placer.
Con el trabajo pasa
lo mismo, enfócalo a través de los ojos del amor y verás el cambio radical que
surte en tu persona.
Debemos
trabajar y hacer las cosas con corazón, ya que es el corazón el que bombea
energía espiritual.
El corazón intenta hablarnos de amor, incluso de la
autoestima que produce un trabajo que nos encanta, que nos apasiona; en cambio
se debilita cuando no se le escucha.
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