Sabio
es aquel que se maravilla y aquel que se reinventa.
El sabio no necesita mucha información,
sólo necesita una conciencia despierta.
Todo lo que hace es sagrado y vive en sintonía con Dios.
Todo lo que hace es sagrado y vive en sintonía con Dios.
Un sabio puede ser una persona iletrada, pero sabe vivir y está en paz
con su alma, y con la vida.
Es consciente de que está de paso y no se apega, todo lo entiende y
perdona, valora las
diferencias y respeta.
Un ser inteligente puede brillar en altos cargos,
un sabio vive lejos de
esos escenarios.
Crece
en el amor a través de un perfeccionamiento exigente en el arte de amar y de
una conciencia iluminada.
La
felicidad está en el servicio, no en el poder; en la paz interior, no en el
agite; en convivir y compartir, no en competir.
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