No
desistas aunque la película de tu vida te ofrezca pocas promesas y muchas
desilusiones.
Mira
en tu interior, deja de buscar excusas o culpables y asume la responsabilidad
de tu destino.
Los problemas nunca están fuera y todo puede mejorar si reconoces
tus errores y cuentas tus dones.
En lugar de actuar como víctima de tu
pasado elige ser
arquitecto de tu presente y tu porvenir.
Examina tus creencias y abandona
aquellas que te rebajan.
Ensancha tus límites con una firme confianza.
Libérate
de viejos odios y deja de pelear con los demás
y con la vida porque el odio destruye y el amor crea y libera.
Sueña
con vastos horizontes y elimina el conformismo sin caer tampoco en ambiciones
desmedidas.
No
permitas que los miedos enturbien tu mente
y confía en la fuerza del amor.
Dios siempre está contigo.
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