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la actividad religiosa con la pareja puede mejorar los niveles de satisfacción
de la relación, según se desprende de un estudio estadounidense que entrevistó
a 1.387 personas. Por el contrario, cuando ambas personas
no comparten el mismo credo, o solo uno de los dos es creyente, la satisfacción desciende.
Las parejas afroamericanas entrevistadas
fueron las que más notaron el efecto beneficioso de la oración; hasta el punto
de que asegura que si no fuese por eso estarían mucho peor que las parejas
blancas en términos de satisfacción.
Un efecto positivo que también se observó en
el caso de los latinos, y
que se torna en perjudicial cuando ambos miembros no comparten la misma fe.
Puede ser porque estas diferencias se acaben convirtiendo en una fuente de
tensión, "o bien porque pasan menos tiempo juntas", o porque las
diferencias sobre el modo de educar a los hijos acaban haciéndoles menos
felices, propone esta investigación.
El tema de la influencia que tiene la religión
en la salud mental o en otras facetas psicosociales de nuestra vida ha sido
ampliamente estudiado. En
esta ocasión, se atribuye a la religión tres factores protectores: promueve un
comportamiento ético, las comunidades ofrecen apoyo formal e informal al individuo
y ofrece un sentido de la vida al individuo que aumenta su resistencia al
estrés.
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