¿Te encuentras en la categoría de
aquellos que postergan todo lo importante de manera continuada y sistemática? ¿Crees que las
dilaciones te “brindarán” perspectiva para la consecución de tus objetivos y
propósitos? La
postergación es uno de los obstáculos y comportamientos más comunes en nuestra
sociedad occidental. Su naturaleza es absolutamente improductiva, dañina y limitante, una
visión que coarta la grandeza humana y la capacidad creativa de llevar a cabo
tu visión y potencial de una manera efectiva.
Muchas
veces te dices a ti mismo: “Yo
sé que tendría que hacer esto o aquello y no lo hago, pero ya llegará el
momento, la experiencia o la situación en la que pueda emprender la acción”
. Esta frase es uno de los
mayores engaños diseñados por el hombre, y responsable a su vez de grandes
desilusiones y frustraciones en tu vida. Creas una realidad ilusoria, en
la cual, pones el foco en un suceso externo salvador que te aporte la “lucidez”
necesaria para empezar. Sin embargo, ese futuro prometedor que aporte conciencia y perspectiva a la acción
que quieres emprender nunca llega, ya que el único momento del que
dispones realmente para cambiar las cosas es la realidad del ahora, así como tu decisión consciente
e interna acerca de la relevancia y trascendencia que supone realizar aquello
que tu corazón sabe con certeza, tiene que hacerse.
¿Cómo puedes dar un vuelco
significativo en tu calidad de vida desde la postergación a la acción? ¿Qué comportamientos, actitudes
y técnicas puedes adoptar?
A
continuación te ofrezco cinco técnicas y perspectivas para convertirte en un maestro de la acción
consistente.
1. Declaración de resultado, propósito
y plan de acción masivo
Una
característica común de los postergadores es dejarse llevar por la inercia de
los acontecimientos, sin decidirse a comandar su existencia y a crearla según
sus estándares. Apunta en un papel hoy mismo qué resultado deseas obtener en un
área que para ti sea importante, cuál es el motivo o propósito particular, por
el cual, deseas emprender la acción, y cuáles van a ser las acciones
específicas y el plan que te llevarán a la obtención de ese deseo tan anhelado.
Una vez terminado, pégalo en el espejo de tu baño para que sea lo primero que
leas al levantarte y lo último al acostarte. Esto hará que tu subconsciente
integre la relevancia que ese objetivo tiene para ti, lo que te ayudará a no
postergar.
2. La dieta anti-postergación de los 30
días
Esta
dieta consiste en elaborar
un calendario de planificación de 30 días en la que te comprometas a
realizar cada día una acción que hayas estado postergando, evadiendo o
resistiendo. El simple hecho de realizar una pequeña acción diaria que hayas
estado postergando, te aportará perspectiva y convicción para adentrarte a
realizar acciones mayores y más desafiantes. Diversas investigaciones
neurocientíficas avalan la efectividad, que estas nuevas acciones tienen en la
reelaboración de conexiones neuronales en tu cerebro, produciendo una sensación
de certidumbre, seguridad y posibilidad. El poder del esfuerzo y el compromiso
es un músculo que se puede moldear y trabajar. Y esta planificación es un buen
comienzo para ello.
3. Crear un espacio diáfano y sin
distracciones
Esta
es una de las claves que a mi juicio marcan la diferencia a la hora de realizar
con convicción aquello que tiene que hacerse. Es vital generar y crear un
espacio que facilite el foco y la concentración continuada en una tarea. Este
espacio requiere de las siguientes características:
No está permitida durante las horas de
trabajo ningún componente tecnológico que facilite tu distracción (móviles, tablets,
ipods o cualquier gadget).
Tu
espacio tiene que estar
limpio, ordenado, iluminado y no sobrecargado de estímulos.
Intenta
tener en ese espacio algunas citas, frases o reflexiones que te insten a dar lo
mejor que hay en ti.
Procura que sea un espacio que de
rienda suelta a tu creatividad. Dale un toque personal, sofisticado y atrayente.
4. Divide la tarea o acción en pequeñas
“porciones” manejables
Una
de las razones más notorias, por la cual, la gente posterga es lo que yo llamo
“el síndrome de la totalidad”. Somos expertos en enfocarnos en TODO lo que se
requiere para llegar al objetivo final. Te centras en la enormidad de la casa
en vez del ladrillo diario que te corresponde colocar. Divide tu tarea en
pequeños micro objetivos manejables y motivantes. Si tienes que nadar 80
largos, no te centres en el esfuerzo que requiere hacer la totalidad del
objetivo, ponte como meta, sin embargo, hacer diez largos con una brazada
correcta. Resulta más atractivo y estimulante.
5. Objetivo Último VS Deseo Instantáneo
Esta
técnica es muy poderosa y efectiva, ya que puede transformar literalmente el
modo en que afrontas las tareas y objetivos que tienes que emprender. Imagínate
que tu objetivo último es dejar de fumar, pero tu deseo instantáneo es fumar
ese placentero cigarrillo después de desayunar. Ahora cambia las tornas, haz
que tu deseo instantáneo sea no fumar y tener una salud vigorosa y tu objetivo
último fumar ese cigarrillo placentero. Pregúntate de manera sincera: ¿Qué es
lo que realmente deseo? ¿Una salud vigorosa y vibrante o un “cigarrillo
placentero”? Verás cómo las prioridades han dado un salto cualitativo.
Toma las riendas de tu vida y no te
dejes amedrentar por la postergación. Sé consecuente con lo que deseas
manifestar e implementa estas claves de manera decidida desde HOY.
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