Un estudio llevado a cabo por investigadores de la
Universidad McMaster en Hamilton, Ontario (Canadá) y la Universidad Nacional de
Irlanda en Galway (Irlanda) y que ha contado con unos 28.000 participantes ha concluido que aquellas
personas que siguen una dieta saludable tienen una salud cognitiva más fuerte
que los que no cuidan su alimentación.
Los investigadores realizaron un seguimiento durante 5
años de la dieta y del rendimiento cognitivo de 27.680 voluntarios mayores de
55 años con alto riesgo cardiovascular, descubriendo que una dieta basada en la ingesta de muchas
frutas y verduras, pescado, frutos secos, un nivel moderado de alcohol y poca
carne roja influía en un mejor rendimiento cognitivo tras las pruebas de
habilidad de pensamiento y memoria que se realizaron tanto al inicio, a la
mitad y al finalizar el estudio, tras un período de cinco años.
Los resultados de las pruebas revelaron que el deterioro cognitivo más bajo
estaba directamente asociado a las dietas más saludables de los participantes.
Así, comparando las puntuaciones de los voluntarios que habían seguido una
dieta poco saludable con los que llevaban una alimentación sana, la diferencia
estribó en un 24% menos de
riesgo de pérdida de memoria y de la función cognitiva en general para
aquellos que llevaban una dieta saludable, teniendo en cuenta incluso factores como la presión
arterial alta o la actividad física.
“La
ingesta dietética puede modificar el riesgo de deterioro cognitivo a través de
múltiples mecanismos, incluyendo un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y
a través de la deficiencia de los nutrientes necesarios para la regeneración
neuronal (por ejemplo, con vitaminas del grupo B y vitamina C). En
conclusión, una mayor
calidad de la dieta se
asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo. La mejora de la
calidad de la dieta representa un objetivo potencial importante para reducir la
carga mundial de deterioro cognitivo”.
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