Hoy se sabe que la alimentación es
básica para que los neurotransmisores funcionen bien.
Entre
los nutrientes necesarios destacan el DHA, un ácido graso esencial de la
familia omega-3; la fosfatidilcolina y la fosfatidilserina, presentes en la
lecitina de soja, el mijo y el sésamo; vitaminas del grupo B, y en especial la
B12, la B6 y el ácido fólico; y aminoácidos acetil-l-carnitina y L-glutamina.
Por eso, se recomienda consumir:
Acidos grasos esenciales, presentes en frutos secos y semillas, y aceites vegetales de primera presión en frío;
Frutas y verduras ricas en antioxidantes como el betacaroteno y las vitaminas C y E;
Cereales integrales ricos en vitaminas B, en especial la avena,
pues además contiene avenina, que alivia la fatiga intelectual.
Entre las plantas medicinales, el
Ginkgo biloba
mejora la microcirculación cerebral gracias a su contenido en flavonoides.
Pero la memoria también tiene enemigos.
El consumo de alimentos azucarados disminuye el rendimiento intelectual a corto
plazo, ya que
su rápida absorción provoca una hiperglucemia brusca seguida de una
hipoglucemia reactiva que afecta al hipocampo y, por tanto, a la concentración
mental.
La
repetición de estos altibajos de glucosa provoca cansancio físico y mental y, a
la larga, favorece la aparición de problemas neurodegenerativos.
Una alimentación "viva", rica
en alimentos naturales, es esencial para mantener una memoria activa.
¿CÓMO
AFECTA LA DIETA A LA MEMORIA?
A corto plazo se ha comprobado que los jóvenes que descuidan su desayuno y siguen una dieta desvitalizada ven afectado su rendimiento intelectual. A la larga esto puede desencadenar problemas degenerativos como el Alzheimer.
Además de la nutrición es importante
cuidar otros aspectos como el descanso, practicar deporte y realizar
actividades que fomenten las habilidades mentales, como leer, escribir o pintar.
¿COMER
MENOS MEJORA LA MEMORIA?
Según un estudio de la Universidad de Münster, Alemania, se ha comprobado que el hecho de tomar un 30% menos de calorías de lo habitual (en una dieta superior a dos mil calorías) mejora la memoria, mientras que comer exageradamente puede afectarle negativamente.
¿CÓMO
PROTEGEN LOS OMEGA-3?
Un 60% del cerebro está constituido por grasas (ácidos grasos esenciales y fosfolípidos), y de estas un 20% es DHA (ácido docosahexaenoico), de la familia omega-3.
Se ha visto que su ingesta previene
numerosos problemas de salud, sobre todo de tipo degenerativo. Se halla en algas, nueces y semillas de lino.
¿SON
DAÑINAS LAS GRASAS SATURADAS?
Los estudios sugieren que una dieta baja en grasas saturadas desde la niñez mejora el rendimiento cognitivo y reduce el riesgo de Alzheimer.
El colesterol alto e ingerir grasas
saturadas (carnes, embutidos, lácteos) o trans (margarinas, bollería, fritos
industriales) se asocia a problemas de memoria, deterioro cognitivo y Alzheimer.
¿POR
QUÉ SE ACONSEJA EL ÁCIDO OLEICO?
Conocido como omega-9, se encuentra principalmente en el aceite de oliva y el aguacate. Contribuye a mitigar el deterioro cognitivo y mejora la actividad mental debido a su papel en la conservación de las membranas neuronales.
Recientemente
se ha descubierto la utilidad del ácido oleico u omega-9 para elaborar
medicinas frente al Alzheimer.
¿LOS
ANTIOXIDANTES MEJORAN LA MEMORIA?
Los flavonoides de frutas, bayas, el té verde, cebollas y crucíferas, entre otros, presentan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan al cerebro a contrarrestar el efecto del estrés y promueven la capacidad neuronal de establecer nuevas conexiones.
¿SALTARSE
COMIDAS AFECTA A LA MEMORIA?
Las personas que se saltan comidas pueden presentar más problemas de memoria, pues este acto priva al cuerpo de los nutrientes necesarios para regular neurotransmisores cruciales para el funcionamiento cerebral.
Se
ha visto que a corto plazo los
niños que no desayunan ven mermado su rendimiento intelectual.
¿POR
QUÉ AL BEBER ALCOHOL HAY LAGUNAS DE MEMORIA?
Varios estudios confirman que las personas que beben alcohol en exceso son más propensas a sufrir lagunas mentales a corto plazo y problemas de memoria más graves a largo plazo. Es más saludable sustituir el vino por un buen mosto de uva rico en flavonoides.
¿POR
QUÉ HACEN FALTA LAS VITAMINAS B?
Las vitaminas del grupo B, en especial la B6, la B12 y el ácido fólico, protegen las neuronas reduciendo los niveles de homocisteína, un metabolito intermediario que resulta tóxico para las células neuronales.
Además,
participan en la fabricación de glóbulos rojos encargados de transportar
oxígeno a las células del organismo.
¿AFECTA
EL AZÚCAR A LA MEMORIA?
Según un estudio publicado en Annals of Neurology, los incrementos de glucosa en la sangre pueden tener repercusiones en la memoria al afectar a una parte del hipocampo relacionado con los recuerdos.
Esto
ayuda a explicar el declive mental asociado al envejecimiento, pues con la edad
la regulación de la glucosa empeora.
Acidos grasos esenciales, presentes en frutos secos y semillas, y aceites vegetales de primera presión en frío;
Frutas y verduras ricas en antioxidantes como el betacaroteno y las vitaminas C y E;
A corto plazo se ha comprobado que los jóvenes que descuidan su desayuno y siguen una dieta desvitalizada ven afectado su rendimiento intelectual. A la larga esto puede desencadenar problemas degenerativos como el Alzheimer.
Según un estudio de la Universidad de Münster, Alemania, se ha comprobado que el hecho de tomar un 30% menos de calorías de lo habitual (en una dieta superior a dos mil calorías) mejora la memoria, mientras que comer exageradamente puede afectarle negativamente.
Un 60% del cerebro está constituido por grasas (ácidos grasos esenciales y fosfolípidos), y de estas un 20% es DHA (ácido docosahexaenoico), de la familia omega-3.
Los estudios sugieren que una dieta baja en grasas saturadas desde la niñez mejora el rendimiento cognitivo y reduce el riesgo de Alzheimer.
Conocido como omega-9, se encuentra principalmente en el aceite de oliva y el aguacate. Contribuye a mitigar el deterioro cognitivo y mejora la actividad mental debido a su papel en la conservación de las membranas neuronales.
Los flavonoides de frutas, bayas, el té verde, cebollas y crucíferas, entre otros, presentan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan al cerebro a contrarrestar el efecto del estrés y promueven la capacidad neuronal de establecer nuevas conexiones.
Las personas que se saltan comidas pueden presentar más problemas de memoria, pues este acto priva al cuerpo de los nutrientes necesarios para regular neurotransmisores cruciales para el funcionamiento cerebral.
Varios estudios confirman que las personas que beben alcohol en exceso son más propensas a sufrir lagunas mentales a corto plazo y problemas de memoria más graves a largo plazo. Es más saludable sustituir el vino por un buen mosto de uva rico en flavonoides.
Las vitaminas del grupo B, en especial la B6, la B12 y el ácido fólico, protegen las neuronas reduciendo los niveles de homocisteína, un metabolito intermediario que resulta tóxico para las células neuronales.
Según un estudio publicado en Annals of Neurology, los incrementos de glucosa en la sangre pueden tener repercusiones en la memoria al afectar a una parte del hipocampo relacionado con los recuerdos.
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