“No estimes el dinero ni en más ni en menos de lo que vale porque es un
buen siervo y un mal amo”. Alejandro Dumas.
Date el regalo de reconocer y utilizar bien tus dones y bienes. Al mismo tiempo brindas ese regalo a la humanidad.
Todos los dones y talentos, manejados con amor y humildad, son para
servir de modo incondicional.
Muchas personas por la pobreza o por
creencias van por la vida con una funesta mentalidad de carencia.
Eso se nota incluso en la fe, ya que, por cada 10 oraciones de
petición o súplica, acaso hay una de gratitud.
De hecho, cuando avanzas en el sendero
espiritual llega un
momento en que solo das gracias y no pides nada.
En lugar de decir “ayúdame, Señor”, di:
“Gracias, Señor, me ayudas”. Cambia
cada petición por gratitud.
Mejor proclamar “gracias, Dios, me abro a la abundancia” que
decir “sácame, Dios de esta pobreza”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios