La paz
no tiene paz, nació cansada,
Creció
enfermiza y navegó en la sombra,
Dios
que la quiso tanto no la nombra
Y en
sus milagros la dejo olvidada.
Todos la piden blanca y es morena....
Desconoce la voz de los pastores;
No ha podido apoyarse en los amores
Ni desprenderse de su propia pena.
La paz
ni en los ministros parroquiales
Con su
bíblico símil de paloma;
La paz
ni en la penumbra que se asoma
Callara
sus lamentos desiguales.
No la tiene el poeta ni el gitano,
Ni el mago ni el monarca ni el coloso;
Ni siquiera la tiene el perezoso....
O el enfermo... o el triste... o el profano.
¿Qué ha sido nuestra paz...? ¡Puerto sitiado!
barandal de impresión, fragmento raro,
trapecio de crueldad, costa sin faro
y efímero capricho desvirtuado!
La paz
en su desplante de querella,
Fingiose
catedral de fantasía;
Y el
hombre dios que de la paz venia
Nació
sin paz y falleció sin ella
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