El
deseo sexual y la excitación tienen su origen en el hipotálamo (la parte más
primitiva del cerebro) donde se dan una serie de conexiones y reacciones
químicas que hacen que el cuerpo esté preparado –y deseoso– de practicar sexo.
Hasta ahora se sabía que, en ambos sexos, en esta
reacción biológica influye principalmente el aumento de los niveles de
testosterona en la sangre. Sin embargo, parece que surge una diferencia más
entre hombres y mujeres…
Según
un reciente estudio publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology
and Metabolism, el deseo sexual femenino no es puramente hormonal sino que está
relacionado con la estabilidad emocional de la mujer con la otra persona.
Como explica Jen Christensen en un artículo publicado en
la edición digital de CNN, esta investigación demuestra que “las mujeres
necesitan algo más que un simple encendido”.
La
ciencia explica el deseo sexual en base a los niveles de testosterona en
sangre. En el caso de los hombres, esta hormona les ayuda a mantener la
erección durante el coito, mientras que para las mujeres actúa especialmente
aumentando su libido.
Sin embargo, el doctor John Randolph, director de la
investigación, y su equipo parecen haber encontrado que el papel de la
testosterona en las mujeres no es tan importante como otros factores
psicológicos.
De
hecho, en el caso de las mujeres que se encuentran en la etapa de la menopausia
o aquellas a las que se les han tenido que extirpar los ovarios, los niveles de
esta hormona son mucho más bajos, y, sin embargo, han demostrado que no tiene
por qué ser determinante en sus grado de excitación y deseo sexual.
Buscando el origen del deseo sexual femenino
Para
llevar a cabo el estudio tomaron muestras de sangre de 3.302 mujeres y
observaron la presencia de hormonas reproductivas y controlar la cantidad de
testosteronaen relación con el deseo y excitación que mostraban.
Así, observaron que las mujeres que tenían niveles más altos de testosterona
sentían algo más de deseo sexual que aquellas con cantidades bajas, pero, como
declaró Randolph, “la diferencia fue decepcionante”.
Es decir, la testosterona en sangre no es determinante en
que las mujeres se muestren más o menos dispuestas a querer practicar sexo. La pregunta
está clara. Si el deseo no responde a una respuesta química del organismo: ¿qué
necesitan las mujeres?
La
combinación perfecta: deseo sexual y el bienestar emocional
Los
resultados del estudio mostraron que las mujeres cuyo estado de ánimo era más
estable y se sentían tristes en menos ocasiones, sentían un mayor grado de
deseo sexual y mantenían relaciones más placenteras.
Estar satisfechas emocionalmente en su relación tenía más
influencia en el deseo sexual que los niveles de testosterona u otros factores
biológicos.
Según
este estudio, “el estado de ánimo y tener una sensación de salud y bienestar
general, son clave para que las mujeres tengan un mayor deseo sexual”, explica
Randolph.
No, no falta una pareja
No
es que el estudio determine que haga falta una pareja. En todo caso, se habla
de la estabilidad emocional de las mujeres como factor influyente en su apetito
sexual.
Estar y sentirse bien con ellas mismas aumenta su
seguridad y por tanto ayuda a disfrutar más de todos ámbitos de la vida,
incluido el sexo.
Al
margen de la influencia de los niveles de testosterona en el organismo y al
hilo de los resultados del estudio, a la hora de hablar de relaciones sexuales,
una máxima es que la confianza en una misma es más importante que la que se tenga
con la otra persona.
El viagra femenino
Actualmente se están investigando algunos medicamentos
que pueden reforzar la libido femenina pero todavía no hay un tratamiento. Y
eso pese a que, como explica Christensen, “hasta un tercio de las mujeres adultas pueden
experimentar deseo sexual hipoactivo” (bajo interés en practicar sexo).
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