Todo
lo que vives, primero pasó por tu imaginación.
Cada
paso que diste, lo imaginaste antes de que fuera realidad.
Sabes que te tienes el poder de imaginar cualquier cosa. Así que pídele a Dios que te
ayude a usar ese poder con sabiduría.
Siempre se generarán consecuencias de todo lo que imagines.
Para hacer que esas
consecuencias sean buenas para ti, debes llenar tu imaginación con cosas
positivas, amorosas y visiones que te reafirmen la vida.
No hay ninguna limitación para todo lo que puedes
imaginar. Elige imaginar
lo mejor para tu vida, para tu mundo, y para todas las personas que te rodean.
Tu
imaginación impulsa todas tus acciones de una manera silenciosa, sin que
ni siquiera te des cuenta.
Las semillas que plantas en tu imaginación nacen a la vida en la realidad
del día a día y te llenan de experiencia.
Imagínate
lo buena y maravillosa que podría ser tu vida.
Imagina
lo mejor, porque tu tienes la forma de hacer que esas cosas buenas sucedan.
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